Líderes mundiales se unen para incorporar la participación social en los sistemas de salud

Por primera vez en los 76 años de historia de la Organización Mundial de la Salud, los líderes mundiales se han comprometido unánimemente a poner la participación social (las personas, las comunidades y la sociedad civil) en el centro de los procesos de toma de decisiones en materia de salud.

Este compromiso histórico marca un importante paso adelante en la creación de un mundo saludable, dicen los expertos en El BMJ Hoy, e instan a todos a ejercer su derecho a influir en las decisiones que afectan su salud y bienestar.

Los desafíos globales, como el acceso a la atención médica, el cambio climático, las crecientes desigualdades sociales, los cambios demográficos y la escasez de personal, están abrumando nuestros sistemas de salud, explican. Sin embargo, si se empodera al público para que participe plenamente en la salud, los recursos, la inteligencia y las capacidades de nuestros sistemas de salud aumentarán exponencialmente.

La resolución de la OMS supone un importante paso adelante en tres sentidos.

En primer lugar, describe claras responsabilidades gubernamentales para garantizar que la participación social esté adecuadamente financiada y diseñada de manera que influya en las políticas relacionadas con la salud y el cambio del sistema.

En segundo lugar, la resolución convierte la participación social en una función central de los sistemas de salud, en lugar de un conjunto de iniciativas ad hoc. Esta perspectiva global es importante para reformular los sistemas de salud, fomentar relaciones de confianza y a largo plazo con las comunidades y crear alianzas entre los sectores de la salud.

En tercer lugar, ofrece mecanismos poderosos para influir en los gobiernos. Como respaldaron la resolución, los gobiernos tienen el imperativo político de actuar y deben mostrar avances cada dos años entre ahora y 2030.

La experiencia y el conocimiento personal, especialmente el de las personas que más dificultades tienen para acceder a la salud, son fundamentales para ayudarnos a diseñar sistemas de salud mejores y más inclusivos, escriben. Para garantizar que la resolución tenga fuerza, necesitamos un liderazgo fuerte, visible y compartido de la sociedad civil y los gobiernos, añaden.

Por último, dicen que las cuestiones de salud trascienden las fronteras nacionales y que todos los países deben participar para lograr un mundo saludable: «Necesitamos compartir historias de éxito, desafíos y soluciones; aprender de personas de todo el mundo; comprender nuestras diversidades; construir coaliciones; y nutrir a la próxima generación de líderes para que tengan la pasión y la experiencia para garantizar que nadie se quede atrás».

Concluyen: «El movimiento de participación social es global, pero el poder de actuar tiene sus raíces locales en las alianzas que forjamos entre nosotros».