Las autoridades argentinas abandonaron en tierra un avión de carga venezolano Boeing 747 vinculado a Irán, dijeron un diputado opositor local y la prensa argentina e irán, en un evento en desarrollo que está poniendo de relieve las corrientes políticas subyacentes en América Latina.
La aeronave iba rumbo a Uruguay para cargar combustible, pero las autoridades uruguayas le prohibieron entrar a su espacio aéreo por estar sancionado por Estados Unidos. Por ello, el boeing 747 tuvo que regresar al aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires, y ahí fue bloqueado por funcionarios locales. En la tripulación viajaban agentes de la Guardia Revolucionaria Iraní, un cuerpo señalado de terrorismo por la Casa Blanca.
«Sabemos que por 72 horas, los iraníes no van a poder salir del país, porque tienen retenidos sus pasaportes. Hay que ver ahí cómo va evolucionando el proceso judicial, porque hay necesidad de demostrar algo para continuar reteniéndolos», precisó a la Voz de América el especialista en seguridad Andrei Serbin Pont, director de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES). «Por ahora, más allá del perfil de los integrantes y la falta de transparencia en torno a qué vino a hacer, no hay delito».
La decisión fue tomada por un juez argentino, que seguramente a la Dirección Nacional de Migraciones mantener retenidos los documentos de los iraníes Mohammad Khosraviaragh, Gholamreza Ghasemi, Mahdi Mouseli, Saeid Vali Zadeh y Abdolbaset Mohammadi.
Sin embargo, los miembros de la Guardia Revolucionaria Iraní, que iban en el avión no tienen solicitudes de captura internacional, y de acuerdo con la policía argentina, no hay irregularidades en la carga que llevaban. Pero se suma otro elemento: la comunidad judía pidió investigar a estos hombres por su presunta vinculación con dos hechos.
«De acuerdo con lo establecido por la justicia argentina, los atentados del 17 de marzo de 1992 contra la embajada de Israel en Buenos Aires y del 18 de julio de 1994 contra la AMIA (Asociación Mutual Israelita Arentina), que aún permanecieron impunes, fueron planificados y ejecutados por el Hezbolá, un grupo terrorista financiado y apoyado por la República Islámica de Irán», precisó la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas a medios locales.
La justicia argentina también debió actuar sobre un habeas corpus presentado por un abogado que representa a la tripulación, que solicitaba que se liberara el avión y se devuelvan los pasaportes a los iraníes y venezolanos que viajaban en la aeronave, información diarios argentinos.
Según la prensa local, el juez a cargo de la causa rechazó el hábeas corpus y aseguró la decisión de las autoridades argentinas de retenerle los pasaportes a los cinco iraníes. No se expidió sobre el avión, por lo cual seguirá retenido mientras se resuelva el conflicto diplomático.
Los medios indicaron que en un principio se le retuvieron los pasaportes a todos los tripulantes, pero luego solo se mantuvo la decisión sobre los iraníes, ya que los venezolanos son parte del Mercosur y no necesitan visado.
No estaba claro inmediatamente si el avión, matrícula YV3531, estaba en una lista de aviones vinculados a Irán bajo sanciones estadounidenses. Mahan Air ha estado bajo sanciones de ese país desde 2011 por su apoyo a la Guardia Revolucionaria de Irán.
«La propiedad del avión se transfirió hace un año y se vendió a una compañía venezolana», dijo el portavoz de Mahan, Amir Hossein Zolanvari, a la agencia de noticias oficial IRNA. Zolanvari no identificó a la empresa venezolana.
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