La Policía informó que existe una recompensa de 10 millones de pesos por responsables del crímen.
Los dos hombres que fueron decapitados y cuyas cabezas aparecieron en una bolsa en Tuluá eran dos areneros que habían desaparecido solo unas horas antes en esta ciudad del centro del Valle del Cauca.
La Policía informó que logró dar con un transportador informal en motocicleta que llevó a quien arrojó el envoltorio con las cabezas de ambas víctimas cerca del cementerio tulueño. Luego le dijo que siguiera su marcha, se bajó y le pagó unas cuadras más adelante.
El mototaxista aseguró que no tiene relación con el caso, pero reconoció que en ese mismo sector fue donde se generó la alerta por la presencia de una bolsa plástica negra que contenía las cabezas decapitadas.
Una llamada al 123, la línea de emergencias, fue la que les permitió a la Policía y a la Fiscalía realizar el macabro descubrimiento.
Las víctimas fueron identificadas como Edwin Andrés Gutiérrez Saavedra y Cristian Andrés Mesa, los dos murieron por disparos y habrían sido torturados, según el primer reporte.
El secretario de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Valle del Cauca, Jesús Antonio García, dijo que en días pasados, en el mismo sector, hubo un operativo en un inmueble en la calle 20 con carrera 19, en inmediaciones del cementerio Central, en el barrio Rojas, en este municipio del centro del Valle del Cauca.
Sin embargo, no se ha determinado nexos entre estos hechos.
El coronel Guillermo Carreño, comandante Distrito de Policía de Tuluá, dijo que después de recoger las cabezas fueron encontrados los cuerpos en la zona La Playita, donde fue encontrada una motocicleta. Presentaban señales de violencia.
Las autoridades ofrecieron una recompensa de hasta 10 millones de pesos a quien dé informes sobre los autores de estos asesinatos y mutilaciones.
El hallazgo de ambas cabezas ocurrió al final de la tarde del pasado sábado, 15 junio, cuatro días después de que las autoridades de Buenaventura hicieron el levantamiento de la cabeza de un hombre que fue hallada flotando en el mar y cerca del puente El Piñal.
El hombre que fue mutilado, según el secretario de Gobierno del municipio, José Luis Bernat, fue identificado como Octavio García Parra.
Este descuartizamiento en el puerto vallecaucano puso, de nuevo, los ojos sobre la ciudad, recordando las llamadas ‘casas de pique’, donde hace cinco años se detectaron este tipo de crímenes, generando terror en la zona.
Bandas criminales eran las responsables de estas casas de tortura en Buenaventura. En su momento, la situación llevó al entonces presidente Juan Manuel Santos a ordenar la militarización del puerto.
El Tiempo