LAGO ISSYK KUL: A orillas del lago Issyk Kul, en la zona montañosa de Kirguistán, un grupo de buzos muestra su botín del día: un motor de bote, llantas de automóvil, botellas, ropa y artículos de plástico.
«Nos encantaría bucear y no encontrar ningún desperdicio», dijo Anvar Shamsutdinov, el líder bigotudo de 59 años de un equipo de una docena de voluntarios entusiastas del buceo.
«La playa se ve limpia, pero la gente no se da cuenta de lo que hay bajo el agua», dijo, mientras los turistas se detenían a mirar.
Rodeado de picos nevados de Asia Central de más de 4000 m de altura, Issy Kul es el segundo lago de alta montaña más grande del mundo.
Acaba de comenzar la breve pero intensa temporada alta estival del año en esta pintoresca región de la antigua república soviética, donde la playa más cercana se encuentra a miles de kilómetros.
Pero el flujo de visitantes y la basura que dejan atrás están poniendo en peligro este vasto lago conocido como la «perla de Kirguistán», cuyas aguas cristalinas son altamente vulnerables a la contaminación.
El área del lago es patrimonio de la UNESCO, hogar de lobos y águilas, y lugar de invernada para decenas de miles de aves acuáticas migratorias.
«En 2014, estábamos haciendo una orientación bajo el agua y nos dimos cuenta de que la situación bajo el agua era terrible», dijo Shamsutdinov.
«Así que decidimos limpiar el lago», dijo el buzo, quien estima que ha recolectado 20 toneladas de desechos desde que creó su asociación «Clean Issyk Kul».