En Siloé, una yegua terminó desplomada y por poco se parte las patas. “La gente no denuncia por temor”.
Noticias Cali.
En la zona de ladera de Cali aún es frecuente encontrar caballos y yeguas, usadas por los establecimientos como los ‘carros domiciliarios’ en muchos casos, pareciera sin límites de pesos, “les ponen bultos y bultos para subir esas lomas”, denuncian desde Siloé.
Allí en la Comuna 20, a pesar de que se ha abordado el tema con dueños de estos equinos, poco caso se ha hecho a las recomendaciones.
“Aquí todos los días se ven estos casos, yeguas maltratadas, caballos que se desploman”, le informó una de las habitantes a TuBarco, enviando los vídeos del último caso registrado el jueves.
La yegua que ya no podía subir más por las angostas y humedecidas escaleras, terminó cayendo a una zanja, “casi se parte las patas y la corta una lámina de zinc. Se alcanzó a lastimar”.
A pesar de los reclamos, “el dueño la levantó a la fuerza y así se la llevó”, dijo uno de los habitantes de la zona.
En Siloé no solo responsabilizan a los que llevan el material por este tipo de maltrato, también a quienes piden esos ‘domicilios’, “los caballos podrían subir hasta cierto punto y que la gente baje a recoger sus pedidos”.
Los caballos y yeguas deben llevar sobrepeso, pasar por espacios difíciles de controlar pues no solo terrenos naturales, sino pequeñas escaleras entre las lomas.
En varios puntos los perros que están en la calles les muerden las patas, las colas, los persiguen.
No hay respeto, ni allí ni en otras zonas de Cali, por la Sentencia T- 760 de 2007 de la Corte Constitucional que estableció que debían acabarse los vehículos de tracción animal en Colombia, y que para casos como el que ocurre en la ladera, había unas normas que cumplir.
No se cumple esa norma.
Las condiciones de tenencia de muchos equipos para diferentes labores son pésimas. En Siloé un caballo rescatado en marzo, murió debido a su mal estado de salud.
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Enfrentar este problema en la ladera es de riesgo señalan algunos animalistas, cuando han ido a reclamar en ferreterías y otros negocios, los amenazan.
Los dueños de esos animales, han llegado a agredir a quienes los graban o piden explicaciones.