Redacción
Revisa la columna de Opinión del Dr. Javier Ruiz del Solar, director ejecutivo del Advanced Mining Technology Center (AMTC), Universidad de Chile.
Por Javier Ruiz del Solar, director ejecutivo del Advanced Mining Technology Center (AMTC), Universidad de Chile.
La actual tendencia hacia la digitalización de dispositivos y procesos genera día a día una creciente cantidad de datos (fotografías, videos, correos electrónicos, mensajes de texto, publicaciones digitales, transacciones comerciales, etc.), los cuales influyen tanto en la vida diaria de las personas como en los sectores productivos de las distintas economías del mundo. Esos datos generados han alcanzado un volumen acumulado tan grande, que se ha debido buscar métodos y tecnologías específicas para gestionarlos. Es en este escenario que nace el término big data, el cual se utiliza para denominar la existencia y uso de estos grandes volúmenes de datos, así como también para designar métodos y tecnologías para transmitir, almacenar, procesar, analizar, visualizar y administrar estos datos.
Naturalmente, el valor no se encuentra en los datos mismos, sino que en la información contenida en estos y en el conocimiento que puede ser generado a partir de su análisis. Por lo tanto, es fundamental contar con las metodologías y tecnologías para extraer automáticamente información y generar conocimiento a partir de estos grandes volúmenes de datos.
La industria minera es uno de los tantos sectores productivos que han buscado sacar provecho del advenimiento del big data. Ya se han establecido ventajas de contar con esta tecnología en los procesos del negocio: mejor entendimiento de recursos geológicos; monitoreo de procesos y toma de decisiones en tiempo real; aumento en la eficiencia del mantenimiento, y monitoreo en tiempo real del estado de salud de equipamiento clave, lo que lleva a mantenimiento predictivo que a la larga ahorra costos y tiempo de operación.
La integración de una nueva tecnología a una industria establecida conlleva, claro está, nuevos desafíos. En algunos casos, la minería lo ha hecho utilizando metodologías y tecnologías desarrolladas en otras industrias. Sin embargo, se debe tener en cuenta que cada sector productivo posee sus particularidades y necesidades, lo que significa que la aplicación del big data y de sus tecnologías asociadas va a depender de las características de cada industria.
Ahora, hay otros retos de carácter específico de la minería, que se deben resolver para aprovechar todo el potencial del big data en la producción. Será necesario superar la dificultad para capturar los datos en distintos procesos (es decir, se debe trabajar en aumentar y mejorar la tecnología de sensores); el ancho de banda limitado en las redes de comunicaciones de las empresas; los diferentes formatos de datos, lo que conlleva problemas de compatibilidad entre sistemas (por lo que debe haber desarrollo en interoperabilidad de sistemas); aumentar la ciberseguridad; contar con metodologías apropiadas de análisis y modelamiento de datos; definir quién (qué empresa) será dueño de los datos recopilados y procesados, y, quizás lo más crítico, formar el capital humano adecuado para lidiar con big data.
Algunos de estos desafíos son tratados en un estudio que la iniciativa Beauchef Minería, de la FCFM, hizo público a mediados de septiembre. En dicho documento investigadores de nuestra Facultad exploran todas las aristas de lo que implica la adopción de esta nueva tecnología en un área de la economía que necesita constantemente innovación, como es la industria minera.
Sin duda, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas tendrá un rol relevante en la investigación y desarrollo de tecnologías acordes al procesamiento de big data, así como en la formación de capital humano para afrontar los retos actuales y desafíos futuros de su aplicación en industrias primordiales como la minera, en el contexto de la revolución industrial 4.0.
