El esfuerzo ganó impulso rápidamente luego de los comentarios de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y la administración de Biden que indicaron su apoyo.
Los trabajos en Capitol Hill son competitivos y, a menudo, brindan una plataforma de lanzamiento para empleos más lucrativos en otros lugares. Pero las horas pueden ser agotadoras, la paga baja y las expectativas de los legisladores extremadamente altas. Mientras tanto, el costo de vida en la capital de la nación solo se suma a su desafío de llegar a fin de mes.
Un grupo llamado Sindicato de Trabajadores del Congreso anunció esfuerzos de sindicalización del personal la semana pasada, tuiteando que si bien no todas las oficinas y comités enfrentan las mismas condiciones de trabajo, “creemos firmemente que para servir mejor a nuestros electores se requerirán cambios significativos para mejorar la retención, equidad, diversidad y inclusión en Capitol Hill. Eso comienza con tener una voz en el lugar de trabajo».
El representante Andy Levin, D-Mich., presentó el miércoles el proyecto de ley que daría luz verde al esfuerzo de sindicalización. Dijo que la legislación aprobada en la década de 1990 aplicó casi una docena de leyes de protección de los empleados al poder legislativo. Pero dijo que el Congreso no tomó la medida final necesaria para aplicar las protecciones a su propio personal. Dijo que su proyecto de ley proporcionaría ese paso final.
“No hay motivo para más demoras”, dijo Levin.
No está claro qué forma tomaría el esfuerzo de sindicalización. Los asistentes del Congreso trabajan para miembros individuales del Congreso. Los legisladores obtienen una asignación fija para operar su oficina y tienen una enorme flexibilidad para gastar el dinero como mejor les parezca para cubrir sus necesidades de personal, suministros y alquiler de oficinas. Las asignaciones promedio fueron de $1.44 millones en 2020, según el Servicio de Investigación del Congreso.
Levin dijo que el personal del Congreso tendría que impulsar el proceso de sindicalización y que las preguntas sobre cómo funcionaría “son apropiadas para otro día”.
“Mis colegas y yo estamos escuchando a los trabajadores y dando este primer paso crítico para hacer lo que deberíamos haber hecho hace décadas: reconocer el derecho de los trabajadores del Congreso a organizarse sin temor a represalias”, dijo Levin.
La Casa Blanca de Biden ha tratado de promulgar políticas diseñadas para fortalecer los sindicatos y, en las últimas semanas, los trabajadores de grupos demócratas como el Comité Nacional Demócrata y el Comité de Campaña del Congreso Demócrata se han movilizado para sindicalizarse.
