En todos los municipios de Caldas hay, por lo menos, un Club Defensor del Agua, un grupo conformado por niños y adolescentes de primaria y bachillerato que, en contra jornada y en sus ratos libres, visitan cuencas y les quitan la basura, cuidan las plantas de acueductos rurales y hasta visitan a los deudores morosos de este servicio.
Hoy, en el departamento hay 85 clubes de los que hacen parte 1.910 niños que son los primeros cuidadores de este líquido vital dentro y fuera de sus hogares.
«Son muchas las cosas que hacen como resultado de este proceso. En las Olimpiadas del Agua compiten en sus aulas por quién tuvo menos consumo, embellecen sus plantas, van y limpias las cuencas, ya hay niños haciendo ladrillos ecológicos y hasta son los propios administradores de sus acueductos rurales», indicó María Zulay León, secretaria de Vivienda y Territorio de Caldas, dependencia que lidera el proceso.
De acuerdo con la funcionaria, el éxito que ha tenido el proyecto radica en que dejaron atrás las reuniones y los ejercicios en papel y pasaron a mostrarles a los menores de qué manera podían ayudar al medio ambiente y cómo eso hacía mejor su vida y la de sus comunidades.
«Van a sembrar árboles, a conocer las plantas de tratamiento y a reciclar. Una de las experiencias más bonitas ha sido que uno de los clubes estuvo varios días recogiendo material reutilizable y con el dinero que les dieron por él le compraron la prótesis a un líder de su comunidad que no tiene una pierna», añadió León.
Además del aprendizaje y la toma de conciencia ambiental, los defensores del agua tienen otras motivaciones para esforzarse dentro y fuera de las aulas. Como parte de las actividades del programa está la creación de proyectos en las instituciones educativas, ideas que año a año son premiadas con salidas académicas.
Para el 2019 los ganadores recibieron, en orden de premiación, una visita académica a Cartagena, Medellín y Pereira. Quienes lo vivieron la semana anterior, tras alcanzar el primer lugar, fueron 25 estudiantes de la I.E General Ramón Marín del corregimiento de San Juan, en Marmato.
El premio lo obtuvieron gracias a un proyecto que pretende hacer un estudio de la variabilidad climática que se da en el municipio. «Se basa en las plantas hidrográficas, el manejo de las microcuencas y el seguimiento climático a través de una estación meteorológica en la que se involucraron conocimientos en electrónica y robótica», mencionó Ricardo Álvarez, docente de esta institución.
En su visita a ‘la heroica’ no solo conocieron lo relevante de preservar arrecifes y manglares, sino que conocieron el mar, una de las experiencias que veían más lejanas.
«Montar en avión por primera vez, conocer el mar y ver los delfines eran algunos de los sueños que los niños creían lejanos y que gracias a su trabajo y compromiso se hicieron realidad; hoy están más comprometidos y motivados para seguir trabajando en pro de nuestro patrimonio hídrico», apuntó Álvarez.
Gracias a los logros que ha tenido esta iniciativa, entre los que se resaltan los proyectos construidos en las aulas, los Clubes Defensores del Agua fueron declarados de interés prioritario en Caldas y ahora son una ordenanza del departamento.
LAURA USMA CARDONA
PARA EL TIEMPO MANIZALES