La comunidad en general está ávida de poner su dinero en modelos de inversión distintos, como las franquicias.
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Cuando llegó el cajero automático (Londres, 1967), el proceso era un tanto extraño: el cliente tenía que solicitar en caja cierto número de cheques con valor de 10 libras cada uno. Estos cheques estaban impregnados con carbono-14 y fueron los dispositivos pioneros en solicitar una validación por medio de un PIN.
Pero parece que fue hace mucho tiempo cuando escuchamos por primera vez el término: “Aceptamos pagos vía PayPal.” Así es como inició formalmente el uso de las fintech y, desde ahí, las opciones han impulsado de manera extraordinaria la forma en que podemos manejar dinero.
La inmediatez de las aplicaciones bancarias es la definición más clara de lo que el dinero y la tecnología pueden hacer en nuestros días. Aceptar un depósito en tu cuenta, pagar por un servicio, depositar en cuentas diferentes, abrir apartados para ahorros, invertir en un negocio o solicitar un préstamo son algunas de las operaciones más simples que podemos hacer hoy.
En cuanto a la inversión en modelos de fondeo colectivo, una vez más se rompió el paradigma. Se abren las posibilidades de inversión en un mercado que hasta hace poco era reconocido como insolvente o con poca capacidad de pagar un crédito, una acción en la bolsa o cualquier tipo de inversión bancaria.
Con el crowdfunding se abrieron y democratizaron las opciones, fondeando cualquier tipo de proyecto: desde un prototipo hasta la producción entera del primer lote de un producto, un negocio, un documental, una película…
La comunidad en general está ávida de poner su dinero en modelos de inversión distintos, como las franquicias.
De manera esporádica, desde hace poco más de un año se han lanzado diversas marcas para fondearse de manera colectiva, logrando establecerse como los modelos preferidos de inversión por la seguridad que representa sólo invertir en negocios que son operados directamente por la empresa franquiciante.
Los resultados son extraordinarios: de todas las marcas fondeadas, la gran mayoría alcanzó en pocas horas la meta establecida, siendo una de las opciones más disruptivas en el sector de las franquicias. De ahora en adelante se conocerán los modelos de franquicias como propias, franquiciadas y/o fondeadas colectivamente. Es, sin duda, un gran momento para las franquicias y para cualquier modelo de negocio que necesite financiamiento para crecer.
La comunidad en general está ávida de poner su dinero en modelos de inversión distintos, como las franquicias / Imagen: Austin Distel vía Unsplash
Las nuevas generaciones están más que acostumbradas a escuchar sobre este tipo de inversiones, pero es importante analizarlas antes de realizar cualquier transacción en línea. Recordemos que es vital conocer detalles sobre el proyecto. Obviamente, el retorno de inversión y la rentabilidad, y todas las letras chiquitas. Estos debe hacerse antes de cualquier movimiento. Cuenta mucho si conoces la marca que está lanzando el fondeo, o bien si las condiciones son suficientemente atractivas.
La idea de poder elegir los proyectos de inversión se abre a más opciones y es algo que debemos celebrar todos. Entrar en un modelo de inversión colectiva puede ser la respuesta a todas las necesidades de las personas que desean invertir en algún modelo de negocio, pero que no cuentan con el capital completo, ya sea para adquirir una franquicia o montar su propio negocio.
Esta libre elección sobre lo que debemos hacer con nuestro dinero representa la posibilidad de crecerlo, sin la necesidad de tenerlo guardado. Los tiempos han cambiado… afortunadamente.