La construcción empezó en junio de 2019 y un año después buena parte de la obra quedó al 100%. “Las viviendas fueron entregadas a Fonvivienda hace casi un año. El tema ha sido el proceso de asignaciones. El constructor entrega (las casas) y arranca o inicia el proceso de preselección”, explicó Leonardo Rivera, líder del sector vivienda y ordenamiento territorial de la Secretaría Planeación del Municipio de Inírida.
El pasado 13 de julio llegaron a la capital de Guainía el viceministro de Aguas José Luis Acero y el director de Fonvivienda Edgardo Espinosa, y en un evento en San Javier entregaron, junto al alcalde Pablo Acosta y el gobernador Juan Carlos Iral, las primeras cuatro viviendas de la primera urbanización de Inírida.
Pero esos primeros beneficiarios, que en total son nueve y no cuatro, aún no han podido instalarse en su nuevo hogar porque los trámites notariales avanzan a paso lento, y hasta no cumplir ese requisito administrativo no tienen luz verde para llegar con sus maletas a San Javier.
“Ahorita, una de las dilataciones que ha habido (en el proceso) ha sido la notaría”, indicó el funcionario.
Igual suerte corren otros 190 beneficiarios. Según Rivera, esos trámites corresponden exclusivamente a la empresa constructora y a la notaría. “Ellos están estimando por mucho tres meses, estamos hablando más o menos que a mediados de septiembre, tener las 200 casas entregadas”, indicó Rivera.
Eso sin contar que, según el viceministro Acero, de las 208 viviendas que en total hacen parte de la Urbanización San Javier, aún falta por finalizar la construcción de nueve casas. Leonardo Rivera indicó a este medio de comunicación que esas obras podrían concluir totalmente en los próximos tres meses.
Damnificados sin viviendas
Cuando el ministro de Vivienda Jonathan Malagón anunció desde Inírida -el 12 de abril de 2019- la construcción de la Urbanización San Javier, el rastro de una de las peores inundaciones en la historia de la ‘Tierra de muchas aguas’ estaba latente. Ocurrió durante los meses de junio y septiembre de 2018, dejando a unas 15 mil personas damnificadas en todo el departamento, según las autoridades locales.
Como cientos de familias lo perdieron todo a causa de esa emergencia ambiental, al menos 38 de ellas tendrían la posibilidad de encontrar un nuevo hogar -seguro, además- en las casas de San Javier. Pero por vencimiento de términos en la convocatoria por parte de las entidades encargadas, esos cupos se perdieron y fueron destinados a la población vulnerable (pobreza extrema y madres cabeza de familia, etc.) y víctimas de la violencia, quienes desde el inició tenían 170 cupos asegurados, y terminaron disponiendo de 200 casas.
Como las viviendas que están en construcción no han sido asignadas, “es posible” -dijo Rivera- que puedan ser entregadas a esos damnificados de hace tres años.
Lupa al sistema de alcantarillado
Los beneficiarios de San Javier recibirán una vivienda de un área de 72 metros cuadrados, con 48 construidos. Las casas son de un solo piso, cuentan con un baño, dos habitaciones, una sala-cocina y un patio que permitiría una futura ampliación de la edificación. Se entregan en obra gris, con la cocina y baño semi enchapados.
Además, la Urbanización tiene las calles pavimentadas, andenes, sardineles y una caseta comunal. “Nunca una obra de esta magnitud se había construido tan rápido en Guainía”, aseguró el funcionario de la Alcaldía de Inírida.
San Javier cuenta con los servicios públicos domiciliarios de energía eléctrica, acueducto y alcantarillado. Sin embargo, frente a este último las autoridades tienen dudas sobre su funcionamiento una vez la gente esté habitando sus casas.
Para garantizar el buen desempeño del sistema de alcantarillado de San Javier, este debería estar conectado a la red matriz que va a la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales – PTAR de El Paujil. “Como la PTAR no está habilitada se hizo un sistema alternativo por una red de impulsión de dos pulgadas que va a la PTAR del barrio El Berlín”, explicó el funcionario de la Secretaría de Planeación de Inírida.
Según Rivera, los estudios realizados para revisar la viabilidad de la red alterna concluyen que la PTAR de El Berlín tiene la capacidad requerida. Pero, “estamos esperando en el momento en que se habiliten las viviendas, nos toca hacerle seguimiento, para ver cómo responde el sistema. Se supone que con los estudios de la capacidad, pero otra cosa es ya habitando la población y mirando cómo funciona el alcantarillado”, manifestó.
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