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‘Mantener un alto crecimiento será un gran reto para Colombia’

‘Mantener un alto crecimiento será un gran reto para Colombia’

A pesar de que Colombia se destacó en 2019 con uno de los mayores crecimientos económicos de Latinoamérica, no la tendrá fácil para mantener la senda por las presiones fiscales y de deuda que sufre el país. Así lo afirma Paola Figueroa, economista sénior del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) para Latinoamérica.

(Lea: Deuda pública de Colombia llega a 54,3% del PIB, según el IIF)

¿Qué tan grave es el nivel de deuda internacional?

Bastante. Precisamente, nuestro reporte evidencia el riesgo asociado a este incremento sostenido en la deuda que hemos venido viendo en los últimos años, que además está relacionado con un ambiente de amplia liquidez y de tasas de interés bajas, lo que es favorable para que las economías tomen más obligaciones. Esto trae grandes riesgos.

(Lea:La economía internacional se encamina a buscar refugio)

¿Cuáles son esos riesgos?

En primer lugar, un nivel elevado de deuda implica vulnerabilidades, especialmente en un contexto de crecimiento bajo, que debilita la capacidad para pagar en un futuro cercano o en un mediano plazo. Es decir, el menor dinamismo económico es una amenaza y no va a ayudar a cumplir con los compromisos de los países si esta tendencia de aumento se mantiene. En Latinoamérica Argentina presenta esta situación.

¿Cómo está Latinoamérica en esta tendencia?

En América Latina también ha habido un incremento de la deuda hacia niveles récord, incluyendo la extranjera, reflejando debilidades en cuenta corriente y sector externo. Hay casos específicos en los que hay una ampliación del déficit fiscal, lo que tiene un origen en la caída de los precios de los commodities, que redujo los ingresos y, por eso, la ampliación del desbalance e incremento de la deuda pública.

Hay varias economías en proceso de ajuste fiscal, que ha sido gradual, pero que enfrenta dificultades por el ambiente político y social de la región, que hace difícil la implementación de reformas para mejorar ingresos o recortar gastos.

¿El bajo crecimiento de Latinoamérica le agrega un mayor riesgo?

Si, claramente eso es un riesgo importante en la región, y hemos visto una desaceleración del crecimiento, sobre todo en economías más allá de Argentina, como México, con tasas muy por debajo de su PIB potencial e histórico.

¿Cómo ve la situación actual de Colombia?

En temas de deuda, al cierre de 2019, sabemos que el nivel está alrededor del 51% o 52% del PIB. Lo que estamos mirando es que al hablar de la trayectoria, sí podemos tener diferencias frente al dato oficial. El Marco Fiscal prevé una reducción significativa hacia un 44-45% en 2024, y creemos que esa meta es demasiado optimista.

¿Por qué lo cree?

Vemos que hay riesgo en cuanto a que se materialice esa senda porque Colombia ha venido en un ajuste fiscal desde 2016, pero el ingreso es bajo respecto al tamaño de la economía y respecto a otros países emergentes, sobre todo si no tenemos en cuenta los ingresos por privatizaciones, que son solo una vez.

Vemos avances en las operaciones de manejo de deuda y hay espacio de mejora, pero la reforma fiscal tendrá un impacto negativo neto en el ingreso. Se espera tener más dinero mediante un mayor PIB por los menores impuestos corporativos, pero eso también es bastante optimista.

¿No cree que Colombia pueda crecer más?

Colombia ha tenido tasas de crecimiento altas pero insostenidas en algunos periodos históricos. Estos se han caracterizado por altos precios de los commodities, de participación laboral, mejoras en informalidad y una demanda externa robusta, pero no es probable que veamos mejoras sustanciales en estos temas en los próximos años. Mantener una tasa de crecimiento tan alta va a ser un gran reto para el país.

En nuestro análisis vemos algunos riesgos específicos: uno es que el crecimiento sea menor de lo esperado, otro, que las ganancias en términos de mejoras de impuestos sean menores a lo anticipado, de más de 1% adicional y, por último, la materialización de las privatizaciones. Si todo eso no se cumple, nos parece que las cuentas fiscales quedan más expuestas a un choque externo, como una caída en los precios del petróleo, como ya lo estamos viendo en el entorno global, con un menor crecimiento en China por culpa del coronavirus.

¿Entonces una reducción de deuda no es probable?

Incluso en un escenario moderadamente favorable, la deuda podría seguir por encima del 50%, es decir, no lograr esa reducción que se proyecta, sino una mucho más lenta. Mientras, en un panorama de precios del petróleo más bajos, vemos un continuo aumento que se mantendría por encima de 50% en los próximos cinco años.

¿Latinoamérica se va a seguir enfrentando a un periodo de bajo crecimiento?

Sí, hemos visto varios riesgos en la región, y el análisis apunta a que el principal factor de un menor crecimiento en los emergentes y, específicamente en América Latina, está muy asociado con el comportamiento de la inversión, hay una marcada desaceleración en varios países. En esto ha tenido que ver el contexto externo, como lo fue la incertidumbre por la desaceleración de las industrias en Estados Unidos o Alemania.

¿Hay salida de capitales de Latinoamérica?

Vimos una disminución en los flujos de capitales en varios países, como en el caso de México por ejemplo, que ha tenido una caída significativa, lo que puede indicar una menor confianza inversionista, y eso debilitará los flujos de portafolio a la región. Pero hay países con estabilidad, como pasa con Colombia, donde los flujos se han mantenido robustos, y también en el caso de Chile, a pesar de la situación social.

Rubén López Pérez

Fuente de la Noticia

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