En casa, la joven de 25 años le transmitió el virus a su padre y teme que su madre y su hermano también puedan contraerlo. Las reglas dicen que debe ser enviada a un centro de cuarentena, pero nadie se puso en contacto durante los últimos siete días para hacer arreglos.
Estaba experimentando síntomas leves y tomarse un tiempo libre del trabajo en el abrumado hospital de Kwong Wah le proporcionó cierto alivio.
Las salas de aislamiento con 40 camas ahora tienen capacidad para 60, algunos pacientes estaban siendo tratados en los pasillos, y los pacientes de las salas generales ingresados por razones ajenas a COVID resultaron más tarde positivos y habían infectado a otros pacientes y enfermeras, que también fueron enviados a casa.
«Sigues agregando camas, pero no recursos humanos», dijo Yee, quien se negó a dar su apellido por temor a las repercusiones en el trabajo. «Mis colegas están sobrecargados, de uno a docenas de pacientes».
Las enfermeras y los médicos de otros hospitales dicen que la situación es similar en todo el sistema de salud de Hong Kong, lo que muestra los límites de la estrategia del gobierno de «COVID cero dinámico» a medida que se descubren miles de casos nuevos cada día. Las infecciones diarias han aumentado 70 veces desde principios de febrero.
En algunos hospitales, se vio a ancianos y niños postrados en cama durante horas en estacionamientos, esperando bajo el frío y la lluvia, en escenas que conmocionaron a los residentes y a muchos miembros de la comunidad médica mundial.
El Hospital Kwong Wah, la Autoridad Hospitalaria de la ciudad y el gobierno no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Al igual que China continental, Hong Kong tiene como objetivo erradicar cualquier brote a toda costa, y oficialmente sigue apuntando a todas las infecciones y contactos cercanos para pruebas, tratamiento y aislamiento obligatorios.
Yee dice que el objetivo es «imposible». La transmisión ni siquiera se pudo prevenir dentro de los hospitales, señala.
Había más de 160 empleados infectados en hospitales y clínicas públicas hasta el sábado, dijeron las autoridades.
«Puede parecer contradictorio, pero en una pandemia de COVID, el último lugar donde queremos personas infectadas es en los hospitales, a menos que realmente necesiten tratamiento», dijo David Owens, socio fundador de la clínica OT&P.
«Ya estamos viendo un fuerte aumento de la enfermedad y el aislamiento de los trabajadores de la salud. Parece inconcebible que el sistema de salud pueda continuar por mucho tiempo sin un cambio de estrategia».