Masacre en Cali: Niño se salvó porque no quiso ir hasta cañaveral – Cali – Colombia


El pasado viernes 14 de agosto les dieron el último adiós a los 5 menores que fueron asesinados en el barrio Llano Verde, de Cali, el pasado en circunstancias aún por esclarecer.  

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El hallazgo de los cuerpos, el pasado martes 11 de agosto, causó desconcierto y sentimientos de dolor en las autoridades, distintos sectores sociales y, por supuesto, las familias.

Ruby Cortés, madre de uno de los niños asesinados, narró en el sepelio cómo llegaron al hallazgo de los cuerpos e hizo preguntas sobre la participación de encargados en el predio y autoridades.

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La masacre fue cometida entre la tarde y el anochecer del martes, en un área verde, en medio de un cañaduzal, a un kilómetro del barrio donde vivían las víctimas, con edades entre los 14 y 16 años. 

Felisa, una joven residente en Llano Verde, habló de su hermano: «Mi Jaírcito era muy casero, no se metía con nadie, no consumía drogas, mi noblecito. Con los amigos jugaban fútbol y bailaban música urbana. Como a las 6:00 de la tarde del martes, llegó un amigo y me preguntó por Jaír. Entonces, me contó que se habían ido a coger caña, pero que él se había devuelto».

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La joven contó que, pese a la oscuridad, salió con un grupo de madres y otros allegados de los menores hacia un cañaduzal que se localiza en las vecindades de Llano Verde, en la comuna 15, en un extremo del Distrito de Aguablanca, oriente de la ciudad.

«Estaba oscuro pero usamos la luz de los celulares y vimos una casa blanca donde las luces estaban encendidas. Cuando nos acercamos, apagaron todo y estuvimos 15 minutos llamando para que nos dijeran si habían visto los muchachos. Solo abrieron cuando dijimos que íbamos a llamar a la Policía. Salió un señor y nos dijo que no había visto a nadie», narró Felisa.

Juan David Ibarra, padre de otro de los menores, estaba también entre quienes buscaban a los menores y cuenta que «el señor salió asustado, tembloroso, pero nos dijo que no había visto gente. Pasaron los policías del cuadrante y dijeron que estaban en otro caso de un muchacho que se había extraviado. Entonces vimos que venían alumbrando en el callejón y eran unos guardas de vigilancia, que dijeron que llamarían a la Policía porque habían encontrado unos muchachos en una zona verde. Nos fuimos detrás de unos policías y allí fue que vimos a los pelados muertos. Ese sitio era como si los fueran a sepultar o a desaparecer».

Sandra Perlaza, madre de un menor, de 16 años, dijo que «mi hijo era un muchacho muy casero y mantenía jugando fútbol. Estaba en octavo grado. Le gustaba el baile urbano en la calle. Era  amiguero, pero que yo sepa no tenía ninguna clase de vicio».

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Cuenta que en la mañana del martes, cuando ella salió de la casa, su hijo estaba haciendo aseo con la escoba. Pero al regreso no lo encontró. «A las 5:00 de la tarde vino la novia y me preguntó por él. Salimos a buscarlo en el barrio, pero la realidad era que lo encontramos en el cañaduzal. Donde aparecieron, él nunca había ido por ese lado».

Erlendy Cuero Bravo, de la Asociación Nacional de Afrocolombianos Desplazados (Afrodes), dijo que conocía, en particular, a un joven por su familia que participa en uno de los grupos asociados. «Existe preocupación por lo que ocurre con la niñez y la juventud. Llano Verde es un lugar donde hay una mayoría de personas llegadas del Pacífico que tienen la ilusión de una casa, pero no cambian una casa por un hijo».

«El más infame genocidio es la ‘limpieza social’ o ‘muertes ecológicas’, cuyas cifras son espeluznantes

Recordó que en octubre pasado recibieron la visita de la embajadora de la Unión Europea en Colombia,  Patricia Llombart, en el marco de la campaña ‘Defendamos la vida’.

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El concejal Fernando Tamayo recuerda que desde enero se alertó sobre la presencia de grupos que promueven las actividades ilícitas e incurren en reclutamiento. “Muchas veces, incluso, generando desplazamiento forzado a quienes se niegan a participar”.

«El más infame genocidio es la ‘limpieza social’ o ‘muertes ecológicas’, cuyas cifras son espeluznantes”, dijo el arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve.  

“La violencia nunca, en ningún caso, es el camino”, apuntó el secretario de Gobierno de Cali, Jesús González.

En la agenda de hipótesis figuran una que se refiere a que pudieron ser víctimas de bandas que reclutan jóvenes, o que se vieron en medio de una pugna de bandas, o que los atacaron porque los confundieron con personas que atracan en los alrededores.

Audios que circulan en redes indican que en la zona se habían presentado hurtos y los muchachos pudieron haber caído en un ataque a bala y machete.

CALI

Fuente de la Noticia

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