Masacre en Nariño a cuatro hombres y en 24 horas los arrojaron al río – Cali – Colombia


Los cuerpos baleados y sin vida de cuatro hombres fueron encontrados por las autoridades en las aguas de un alejado río, en la zona rural del municipio Buesaco, en el norte de Nariño.

Cuando una comisión integrada por miembros de la Policía Nacional y la Fiscalía llegó hasta la vereda La Mina, perteneciente al corregimiento Santa Fe, con el fin de constatar el hecho, pudieron establecer que las víctimas habían sido arrojadas al río en un tiempo no mayor de 24 horas.

Según el secretario de Gobierno de Nariño, Francisco Cerón, se espera el informe de la comisión que se desplazó hasta el sitio.

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“Presuntamente fueron impactados con armas de fuego en una zona de difícil acceso, pero aún no tenemos mayor conocimiento sobre cómo ocurrieron los hechos”, dijo el funcionario.

Las autoridades hasta el momento trabajan sobre dos hipótesis. La primera que desde la zona urbana de Buesaco pudieron haber sido llevados hasta ese lugar al que se llega en un recorrido de casi cuatro horas, en donde los habrían asesinado con armas de fuego.

La segunda hipótesis es que los habrían asesinado en dicha localidad, ubicada a 45 minutos de Pasto, para luego ser arrojados al río en esa apartada zona del municipio que limita con el Tablón de Gómez.

Los cuatro muertos son personas con edades entre los 20 y los 35 años, cuyas identidades aún se desconocen.

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Según las informaciones de las autoridades se podría tratar de enfrentamientos que se han desatado durante este año entre bandas que se dedican al narcotráfico de la heroína, en esa apartada zona del departamento.

Esa heroína de alta calidad que se produce en rústicos laboratorios, es enviada a los mercados de Estados Unidos y Europa, en negocios que suponen gruesas sumas de dinero.

Precisamente hace menos de un mes en esa misma región se registró una vendetta entre grupos que se dedican a esa actividad ilícita, por lo que las autoridades no descartan que exista una posible relación con el asesinato múltiple de las últimas horas.

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Hasta el momento las autoridades no se han pronunciado sobre este caso que se produjo en un municipio que se ha caracterizado por ser pacífico y tranquilo. Ademas cada fin de semana se registra una gran afluencia de turistas por lo agradable de su clima y sus lugares muy agradables.

Con esta ascienden a cinco las masacres en menos de un mes en el departamento de Nariño, lo que no deja de preocupar a las autoridades civiles y los organismos de seguridad. 

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La primera de las masacres fue en Samaniego, el 15 de agosto cuando hombres armados dispararon a una multitud en una fiesta en esa noche. Ocho jóvenes fueron acribillados. 

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La segunda masacre ocurrió dos días después, el 17 de agosto, cuando tres indígenas awás fueron asesinados, en Ricaurte. El 70 por ciento de la población de este municipio es aborigen. 

El 22 de agosto, fueron asesinados seis jóvenes en Tumaco, en la zona La Guayacana. 

Al día siguiente, otros tres jóvenes también fueron abrillados en Llorente, en el mismo puerto tumaqueño. 

La quinta masacre es esta de los cuatro hombres en zona de Buesaco. 

Cabe recordar que el primer crimen que sobrecogió a Nariño fue el ataque con disparos a dos menores que llegaban a Leiva, provenientes de Balboa, en el vecino departamento del Cauca. 

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Fue el pasado 9 de agosto, cuando los estudiantes Cristian Felipe Caicedo y Maicol Ibarra, de 12 y 17 años de edad, respectivamente, fueron interceptados por hombres fuertemente armados que les dispararon y les causaron la muerte cuando se dirigían a la vivienda de su profesor para entregarle un trabajo en el municipio de Leiva.

En la noche del 15 de agosto varios hombres armados llegaron hasta la finca Santa Catalina localizada en el municipio de Samaniego, y dispararon indiscriminadamente contra un grupo de jóvenes que disfrutaban de una reunión social; allí las autoridades debieron practicar el levantamiento de ocho cuerpos de jóvenes universitarios y deportistas. Hasta el momento no se esclarece el múltiple crimen.

No habían pasado 48 horas cuando el 17 de agosto
un nuevo episodio de violencia atemorizó a Nariño, esta vez en el territorio indígena del pueblo Awá, donde tres integrantes de esa etnia fueron asesinados por desconocidos cuando descansaban en sus viviendas.

El 22 de agosto en el corregimiento de La Guayacana, zona rural de Tumaco, seis personas de las cuales cuatro eran miembros de una misma familia, también murieron en iguales circunstancias después que varios hombres armados ingresaron hasta su casa y luego los llevaron hasta un paraje cercano para darles muerte.

Dos días antes, muy cerca de esa localidad, en el corregimiento de Llorente, fueron muertos con armas de fuego tres hombres cuando dialogaban cerca de un bar.

El 23 de agosto, un ataque perpetrado por desconocidos contra una patrulla de la Policía Nacional que realizaba tareas de control y vigilancia en la vía que de Tumaco conduce a Pasto, había dejado el saldo trágico de un uniformado muerto y tres más heridos.

Este inusitado baño de sangre en la región ha puesto en máxima alerta a sus autoridades que en repetidos consejos extraordinarios de seguridad han dispuesto planes y medidas orientados a garantizar la vida de los pobladores.

MAURICIO DE LA ROSA
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
PASTO

Fuente de la Noticia

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