Las próximas semanas no solo serán críticas por el aumento de número de casos de covid-19 y la ocupación de las unidades de cuidados intensivos (UCI). También serán críticas por el consecuente aumento de la demanda de fármacos en estas unidades, que amenaza con generar un desabastecimiento en el mercado.
El 30 de diciembre, el Gobierno anunció la importación de 8,5 toneladas de medicamentos, que serán distribuidos entre las distintas UCI del país. Estos se suman a otro tanto que serán puestos en el mercado durante la primera semana de enero. Se espera que den abasto para el mes, dependiendo de la velocidad con que crezcan los casos severos de covid-19.
Leonardo Arregocés, director de Medicamentos del Ministerio de Salud, explica las causas de esta situación y las medidas adoptadas.
(Le puede interesar: Usaquén, Engativá y Suba entrarán a cuarentena por localidades)
¿Por qué hay desabastecimiento?
Porque la demanda ha crecido de manera exponencial, al mismo ritmo de la pandemia. Por ejemplo, del sedante midazolam, de primera elección en pacientes críticos por covid-19 que requieren estar conectados a un ventilador mecánico, se consumían 300.000 ampollas al mes antes de la pandemia, y ahora estamos consumiendo casi dos millones. Este gran incremento no solo está sucediendo en Colombia. También ocurre en Estados Unidos, donde hay cerca de 130.000 pacientes hospitalizados, según el observatorio de la Universidad Johns Hopkins, al igual que en varios países de Europa. El problema para Colombia, y en general para varios otros países de América Latina, es que la producción se está derivando hacia allá, en algunos casos porque pueden pagar precios muy superiores, y en otros casos porque los países con alta incidencia de covid-19 son a la vez productores y restringen las exportaciones.
¿A qué tipo de pacientes afecta más este desabastecimiento?
A los pacientes más complicados, los que requieren ventilación mecánica. Un paciente intubado necesita analgésicos y sedantes porque su condición genera dolor y gran incomodidad. Ahora bien, las sociedades científicas que han estado al frente de esta crisis nos han informado que ningún paciente se ha quedado sin tratamiento. Siempre han tenido alternativas.
La Sociedad Colombiana de Anestesia y Reanimación (Scare) y la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo (Amci) desarrollaron una guía en la que se presentan alternativas para brindar sedación y analgesia para cumplir a cabalidad los objetivos de la terapia. Desde el Ministerio y las sociedades científicas se ha recomendado que las clínicas y los hospitales creen comités especiales para monitorear el abastecimiento, al tiempo que desarrollan protocolos para disminuir desperdicios y lograr un uso más eficiente de los medicamentos.
(Lea además: ¿Qué se puede hacer y qué no tras la cuarentena estricta?)
Se consumían 300.000 ampollas al mes del sedante midazolam antes de la pandemia, y ahora estamos consumiendo casi dos millones
¿Qué es lo que más urge reabastecer?
Tres categorías: sedantes, analgésicos y relajantes musculares. Entre los sedantes, midazolam, propofol, dexmedetomidina y ketamina son los más difíciles de conseguir. Hace unas semanas el abastecimiento de analgésicos como fentanilo y remifentanilo fue bastante limitado. Esto se ha venido solucionando. Ya la industria farmacéutica ha logrado abastecer mejor el mercado, y adicionalmente el Fondo Nacional de Estupefacientes puso a disposición una buena cantidad de morfina e hidromorfona como alternativas terapéuticas. También logramos mejorar la oferta de relajantes musculares. De los medicamentos recientemente importados, en su mayoría corresponde a midazolam.
(Le sugerimos: Las preocupantes cifras de camas UCI y hospitalarias en Bogotá)
¿Cuándo se dieron cuenta del desabastecimiento de medicamentos?
Desde antes del inicio de la pandemia identificamos los medicamentos que iban a ser más usados en cuidado intensivo y empezamos a planear una estrategia para aumentar la oferta. Una de las primeras medidas tomadas fue declarar varios medicamentos y dispositivos médicos que se requerían para atender la emergencia como vitales no disponibles y así agilizar su ingreso al mercado de una manera segura.
¿Cuáles son las medidas?
Las medidas se organizan en dos grupos. Unas son las medidas para prevenir el contagio y el ingreso a UCI, que se traducen en menos demanda de medicamentos. Las otras son acciones para incrementar la oferta. A la industria farmacéutica le presentamos las necesidades estimadas de medicamentos. El Invima está acelerando los procesos que permiten la producción e importación. Llevamos a cabo talleres regionales para presentar la situación y así crear conciencia de que estamos compitiendo con el mundo y tenemos que dar el uso más racional posible a estos fármacos. En estos talleres, la Scare y la Amci han presentado las distintas alternativas de sedoanalgesia. En cuanto a alternativas para hacer más eficiente el uso de los medicamentos, por ejemplo, se han presentado las condiciones en que pueden manejarse estos medicamentos con jeringas prellenadas.
¿Con quiénes están trabajando?
Desde mayo instalamos una mesa en la que participan la industria, los gestores farmacéuticos, las sociedades científicas (Scare, Amci y la Asociación de Químicos Farmacéuticos Hospitalarios), el Invima, el Fondo Nacional de Estupefacientes y el Ministerio de Salud. Lo que buscamos es mostrar las necesidades a los laboratorios farmacéuticos, las acciones tomadas para modular la demanda y proponer alternativas de reemplazo a los medicamentos que están en riesgo de desabastecimiento. En este momento, la oferta de medicamentos cubre el triple de la cantidad que se consumía antes de la pandemia, pero, aun así, se ha exacerbado la demanda por el aumento de ingresos a cuidados intensivos.
Unidad de Salud
En Twitter: @SaludET
¿El Gobierno Nacional autorizará a particulares vender la vacuna?
Admiten atraso en programa de vacunación de covid-19 en Estados Unidos
Se recomienda una semana de aislamiento a quienes regresen a Bogotá