Metro de Bogotá: aumenta confusión por construcción de la primera línea | Infraestructura | Economía

La primera línea del Metro de Bogotá sigue en el ojo del huracán luego del comienzo de las obras con la firma del acta de inicio de la fase de construcción del viaducto, lo cual implica también el inicio de la construcción de 16 estaciones del trazado y otras actividades afines, según lo pactado en el contrato.

Sin embargo, desde ese momento el Gobierno hizo nuevo intento para que se incluya un tramo subterráneo y la disputa por el futuro de esta primera fase revivió. El presidente Gustavo Petro insistió en su deseo de encontrar la forma de hacer bajo tierra la mayor cantidad posible del trazado sin afectar los avances, mientras que el Distrito busca seguir adelante con lo que ya está en marcha.

(¿Elevada o subterránea? Primera línea del Metro de Bogotá, aun en vilo).

En el vaivén de las discusiones y versiones de cómo sería la propuesta del Gobierno para llevar a cabo su propósito, el Ministerio de Transporte ha sido enfático en reiterar que hubo un acuerdo para esperar los estudios de la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI) sobre la opción de soterrar el borde oriental (Avenida Caracas), los cuales estarían en octubre.

Esto con el fin de contar con la viabilidad técnica, financiera y jurídica y dar una alternativa clara del proyecto licitado, que ya cuenta con un 24% de avance, pero sin afectar el borde occidental, que culmina en la localidad de Bosa con su patio taller.

No obstante, tan solo cuatro días después del avivamiento de la polémica, fuentes enteradas le dijeron a EL TIEMPO que el Gobierno también propuso incorporar la vía férrea, (desde Bosa hasta Paloquemao) como parte del proyecto.

(Comisiones definen sus liderazgos de cara a reformas).

Sin embargo, el gerente de la empresa Metro de Bogotá, Leonidas Narváez, afirmó a varios medios que esta versión no es cierta y no se contempla esta alternativa.

Construcción del viaducto de la Primera Línea del Metro de Bogotá.

Milton Díaz. EL TIEMPO

Por otro lado, el presidente Petro anunció en su cuenta de Twitter que se está trabajando para que haya una primera línea elevada entre el patio taller y la carrera 50 y a partir de allí se ejecute una parte subterránea hasta la calle 100. “Esta sería licitada por la Nación y ya tiene estudios a detalle”, aseveró el mandatario.

Además, le aclaró a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, que sobre esto se pidió el concepto de la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI) que está en curso y “se encuentran con el hecho que incumplieron este acuerdo con la Nación”.

(Mintransporte pide a la alcaldesa de Bogotá detalles sobre el metro).

Sin embargo, otras fuentes le dijeron a EL TIEMPO también que los estudios de los que habla Petro no son de ingeniería de detalle, sino de ingeniería básica.

En cualquier caso, este escenario implicaría que, del proyecto inicial, al menos de la estación 1 a la 7 u 8 sería el tramo elevado; mientras que de la estación 8 u 9 a la 16 podría estar subterráneo. Con ello, el Gobierno, deja ver que insistirá en otras alternativas que afectan el contrato que ya ejecuta la empresa china y que abriría una nueva licitación.

Ante las consecuencias legales y financieras que podría ocasionar esta determinación, el Ministerio de Transporte aseguró que aún no se sabe a cuánto podrían ascender y cuáles podrían ser, ya que esto es lo que justamente está analizando la SCI, a través de un contrato firmado con la Agencia Nacional de Infraestructura.

(‘Bogotá tiene más empleo hoy que antes de pandemia’).

Para el abogado de la firma Holland & Knight, Edwin Cortés, aunque puedan existir fundamentos técnicos que justifiquen un cambio de la metodología de la construcción (de elevado a subterráneo) no necesariamente soportaría la contratación de un metro subterráneo.

En principio los contratos deben modificarse por voluntad de las partes, deben existir unas facultades de modificación unilateral de contratos del Estado o la administración pública que está asociada para evitar parálisis de la prestación del servicio, y no parece que esa sea una de las cuestiones que está en el medio ahora”, señaló.

Firma del acta de inicio de la fase de construcción del viaducto de la Primera Línea del Metro de Bogotá.

Milton Díaz. EL TIEMPO

De esta manera, esta alternativa legal, ante los ojos del experto, está descartada. Sobre la modificación de mutuo acuerdo, explica que hay elementos que van a ser muy importantes con el contratista privado. Por ejemplo, saber si con la modificación se estarían superando los topes máximos permitidos en el contrato (50% de la cuantía inicial), y si se podría afectar el patrimonio público por la cantidad de adquisiciones de predios y obras que se hayan adelantado.

(Inician las obras del viaducto de la primera línea del Metro de Bogotá).

Vale recordar que el consorcio chino, a comienzo de año, presentó alternativas al Gobierno para lograr su propósito, pero ninguna de estas fue acogida por las partes. El Gobierno reiteró que la intención no es perjudicar las obras ya ejecutadas, así que estará a la espera de las alternativas que dará la SIC y analizar el costo-beneficio de estas modificaciones, para adoptarlas, o no.

PAULA GALEANO BALAGUERA
Periodista de Portafolio

Fuente de la Noticia

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