Varios inmigrantes africanos huyeron de la represión racial en Túnez, una acción que estalló después de un discurso del presidente Kais Saied.
En dicha declaración el mes pasado, el presidente dijo a las fuerzas de seguridad que expulsaran a todos los inmigrantes ilegales.
El presidente Saied en ese discurso llamó a la migración una conspiración para cambiar la demografía de Túnez haciéndola más africana y menos árabe.
La Unión Africana condenó su comentario describiéndolo como un “discurso de odio racializado”, pero Saied denunció las críticas.
Las tensiones han sido altas desde que la policía detuvo a cientos de inmigrantes, y los propietarios desalojaron sumariamente a cientos de sus hogares y cientos más fueron despedidos del trabajo.
Cientos de migrantes han hablado de haber sufrido ataques, incluido el apedreamiento de bandas de jóvenes en sus barrios.
El líder tunecino dijo que su campaña contra la inmigración ilegal es para combatir el tráfico de personas, pero los partidos de oposición y los grupos de derechos tienen como objetivo distraer la atención de la crisis económica de Túnez.
Los inmigrantes de Costa de Marfil, Malí y Guinea ya se han ido de Túnez. Todos estos nacionales fueron evacuados por sus gobiernos por su propia seguridad.
Saied ya se enfrenta a la agitación de los ciudadanos que dicen que se está volviendo dictatorial.
Cientos de simpatizantes de la oposición en Túnez desafiaron la prohibición oficial de su protesta contra el presidente el domingo después de que algunos de sus líderes fueran arrestados.
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