Puerto San Salvador es la entrada del municipio de Tame, Arauca. Allí han llegado miles de venezolanos en buses y camiones; los migrantes esperan retornar a venezuela, pues ya no tienen recursos y han sido expulsados de otras ciudades y municipios.
La población migrante ha sido una de las principales afectadas por la pandemia. Sin recursos, sin trabajo, sin hogar, con hambre y en un país extraño miles de personas ancianas, enfermas, embarazadas, discapacitadas y con niños buscan, como último recurso, retornar al país del que hace muy poco tiempo tuvieron que salir corriendo en busca de lo más esencial, que se les fue negado: refugio y comida.
Algunos llegaron a Colombia esperanzados, con ganas de rehacer su vida y de ayudar a su familia, con ganas de sobrevivir, incluso, en un país extraño porque en el suyo muchos se estaban quedando sin nada. Ahora, cuando algunos ya habían logrado una mínima estabilidad para ellos y sus familias, nuevamente una tragedia los ha golpeado. La pandemia les ha arrebatado lo que habían conseguido y les ha recordado que a pesar del tiempo siguen siendo migrantes, como si no pertenecieran a ningún lugar, como si fueran el punto aparte del mundo.
Como llegaron, se están devolviendo, con un par de maletas en las que empacaron apenas lo que pudieron cargar. Unos van en buses, otros no tienen más opción que subirse al planchón de un camión para ir de un municipio a otro hasta llegar a su querida Venezuela.
Pero esto, a su vez, está generando una situación sanitaria incontenible que se ha represado en el departamento de Arauca. Según Juan Carlos Villate Camargo, el personero de Tame, Arauca, desde la primera semana de abril han recibido a cerca de 1.200 personas que llegan de Bogotá, Casanare, Meta, Cundinamarca, Villavicencio, Cali, Manizales, Boyacá, Ipiales y hasta de Ecuador y Perú.
En este mes, el departamento ha tenido que gestionar ocho corredores humanitarios para poder asistir a la población. El personero asegura que muchos mandatarios municipales y departamentales han contratado buses y camiones para que lleven a las personas hasta Puerto San Salvador, la entrada de Tame.
“Los han dejado ahí porque el departamento (Arauca) tiene una serie de controles muy estrictos y en medio de esta emergencia sanitaria, el departamento siempre ha llamado la atención en que los retornos de población migrante hacia Venezuela tienen que hacerse de manera organizada, segura y no de forma peligrosa, como se está haciendo actualmente”, afirmó Villate.
Además, agregó que esta emergencia humanitaria y sanitaria está poniendo en riesgo la vida de los migrantes y de los nacionales no solo por la ausencia de condiciones de higiene, sino porque grupos armados de la zona han prohibido la circulación de migrantes. Por esta razón, no les pueden permitir seguir caminando los casi 220 kilómetros que hay desde Tame hasta el puente internacional.
“El que ellos continúen caminado por todos los caseríos compromete la seguridad sanitaria, no tenemos certeza de en qué condiciones de salud vienen y hay un riesgo muy alto por los grupos armados presentes en la zona. Dejarlos transitar así es continuar violando sus derechos al comprometer la seguridad sanitaria de la población y al no cumplir con las medidas de distanciamiento social”, dijo Villate.
Para el personero esta situación está a punto de salirse de control; todos los días están llegando personas desde todos los puntos del país, pues no hay controles viales que los atiendan ni que regulen la situación y han sido muy pocos los que han gestionado el regreso de personas con cancillería y con las autoridades venezolanas, para que los dejen cruzar la frontera.
“Es una situación muy compleja y nosotros hemos tenido que asumir la responsabilidad de estar allí gestionando algo de alimentos, con entidades internacionales que nos han ayudado, mirando que no se presente desorden social, que no se voten a los caseríos por el río, que los grupos armados no llegue a afectar la integridad de ellos”, resaltó el personero, pero afirma que necesitan ayuda urgente del Gobierno pues, aunque no han gastado recursos públicos para atender a la población, está a punto de desencadenarse una grave situación sanitaria.
“No tenemos implementos de bioseguridad para darles, no tenemos una red hospitalaria que pueda atender una emergencia de gran magnitud en el departamento. Cuando llegan, les hacemos desinfección del bus, de la ropa y de las maletas, les entregamos un kit de higiene, pero se tienen que quedar en cambuches al lado de la carretera, al lado del río”.
Es por esto, que el personero instauró una acción de tutela para que se hagan controles viales, para que el retorno sea ordenado y que les den implementos de bioseguridad y así evitar una emergencia humanitaria mayor o que se presenten casos de coronavirus en el departamento.
Entre tanto, afirma el funcionario, seguirán gestionando con las ayudas privadas y de gremios locales el retorno seguro de los migrantes.
Andrea Carolina Tapia Godoy.
Escuela de periodismo multimedia.