Un robot humanoide forma parte de un ambicioso plan de inversión con el que MSC Cruceros espera atrapar al público más joven: así es como lo están logrando
Su labor será atender a los clientes del bar MSC Starship Club del Virtuosa, que está inspirado en una nave espacial.
MSC Cruceros ha estado trabajando en Rob y el MSC Starship durante casi seis años, mucho antes del COVID-19, poniendo el foco en las comodidades de la entrega sin contacto.
Para crear este espacio único y exclusivo, la línea de cruceros ha trabajado con personas especializadas en diseño de interiores, robots, automatización y «entretenimiento y experiencia digital».
Al igual que cualquier barman, Rob podrá crear bebidas alcohólicas como no alcohólicas, ya sea uno de sus 16 cócteles exclusivos o una bebida personalizada.
El espacio de bar y entretenimiento también cuenta con hologramas en 3D, un muro de arte digital inmersivo y una mesa digital interactiva de 12 plazas.
«Rob no es el único en el Starship club, pero es la estrella de este bar temático. El huésped que se encuentre en esa zona estará totalmente inmerso en una experiencia espacial futurista, porque hemos aprovechado diferentes tecnologías para ofrecer una experiencia espacial realista», explica Luca Pronzati, director de Innovación Empresarial de MSC Cruceros.
«La idea siempre es ir hacia lo nuevo, posicionar y diferenciar cada experiencia de la anterior», apunta.
El reto de atraer al público más joven
«MSC Cruceros ya está reconocida en el mercado como la mejor compañía de cruceros para familias. Pero al mismo tiempo, tenemos la responsabilidad de mirar hacia adelante. Como todos sabemos, la nueva generación está ahí y tenemos que definir una propuesta de valor para este público», comenta Prozanti a Business Insider España.
Encontrar al mejor socio para llevar a cabo el proyecto, una tarea complicada
En este proyecto, la compañía ha trabajado con los principales expertos de las empresas especializadas en robótica y automatización, diseño de interiores, así como soluciones de entretenimiento y experiencias digitales para crear un lugar de entretenimiento diseñado a medida con un robot humanoide como protagonista.
En palabras de Pronzati, la parte más difícil fue seleccionar el socio adecuado para desarrollar un enfoque «tan complicado», que sea capaz de unir todas las partes del puzzle y tratar de diseñar y ofrecer una experiencia con el robot.
«Siempre hay una gran brecha entre hacer esto con fines de científicos e intentar hacerlo enfocado a un negocio», indica Prozanti, que asegura que el proyecto ha supuesto una inversión bastante grande, pero que pronto se amortizará.