Otro trágico suceso se suma a la lista de muertes relacionadas con rituales espirituales en el Valle de Aburrá. En medio de un supuesto ritual espiritual en su vivienda en Itagüí, una mujer de 53 años perdió la vida después de consumir una bebida desconocida. Este incidente, que ocurrió cerca de la medianoche del pasado miércoles 22 de mayo, marca el segundo caso mortal reportado este año en la región.
Según relatos del hijo de la víctima, quien la ingresó de urgencia a la Clínica Antioquia, su madre y otra persona comenzaron a convulsionar y perder el conocimiento después de beber una sustancia durante el ritual. A pesar de los esfuerzos del personal médico por salvarle la vida, la mujer llegó sin signos vitales al centro de atención y fue declarada muerta poco después.
Este trágico incidente refleja una preocupante tendencia de muertes asociadas con rituales espirituales en la región. En febrero de este año, una estadounidense falleció luego de ingerir yagé en un supuesto acto de limpieza espiritual en una finca en el municipio de Barbosa. Estos eventos han generado alarmas entre las autoridades locales, quienes advierten sobre los peligros de participar en tales prácticas sin supervisión adecuada.
Aunque el yagé, una bebida utilizada en rituales indígenas, forma parte de la medicina tradicional de los pueblos originarios del Putumayo, su consumo debe realizarse bajo un estricto control y con personas certificadas por resguardos indígenas. Sin embargo, muchos rituales se llevan a cabo de manera autónoma por personas sin capacitación, lo que aumenta el riesgo de incidentes fatales.
La Personería en Medellín ha pedido la regulación de estas prácticas en la ciudad, particularmente en áreas como Santa Elena, donde se han vuelto cada vez más comunes. Según la Personería, el aumento del turismo en torno al consumo de yagé requiere medidas para evitar tragedias y garantizar la seguridad de los participantes.
En medio de estos sucesos, las comunidades indígenas instan a que solo se realicen rituales bajo la guía de expertos certificados, mientras que las autoridades trabajan para combatir la proliferación de charlatanes que ponen en riesgo la vida de las personas. La regulación y supervisión adecuadas son fundamentales para prevenir más pérdidas humanas en futuros rituales espirituales.