«Necesitamos ciencia y tecnología, pero con ética»

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La paradoja de las vacunas

Se insistió el año pasado en que la esperanza ante la pandemia estaba en la ciencia y en la tecnología, que en un tiempo récord conseguirían vacunas. Ahora comprobamos que las vacunas hay que administrarlas. Y ello requiere práctica adecuada (aplicación en tiempo y forma por profesionales competentes) y ética (distribución justa que evite abusos). Además, el escandalo del laboratorio AstraZeneca en el contrato con la Unión Europea confirma que vivimos en la era del capitalismo cognitivo (el conocimiento como mercancía) y esto es otro problema de ética. Sí, necesitamos ciencia y técnica, pero con ética. Francisco Barón Duarte. A Coruña.

Una insensatez

Con el panorama que tenemos en España y en todo el mundo por la tragedia de la pandemia, que el señor Illa le diga a su sucesora en el cargo: «Vas a disfrutar mucho como ministra de Sanidad» me parece no solo una insensatez, sino también un insulto a la inteligencia humana. Sobre todo dada su nefasta gestión en el ministerio, tanto a la hora de tomar medidas restrictivas para evitar los rebrotes, como en la adquisición de mascarillas y relaciones con las farmacéuticas para ejecutar los programas de vacunación. Porque, señor Illa, el mal uso de las palabras puede hacer mucho daño, y usted como filósofo tendría que saberlo. Por tanto, si en sus intervenciones no sabe o no encuentra la palabra apropiada, cosa muy sorprendente dentro del rico vocabulario del que goza nuestra lengua universal (el castellano), mejor no decir nada. Por otra parte, y al hilo del mal uso de las definiciones, pienso que la calificación del presidente del Gobierno al exministro como un hombre bueno, es difusa e imprecisa, pues, como reza el refranero popular. «todo el mundo es bueno, hasta que se demuestre lo contrario». Pero no, señor Sánchez, para ser ministro de Sanidad, el hecho de ser bueno no es suficiente, pues esto como en cualquiera, se da por hecho. Pero para desempeñar un cargo con responsabilidades públicas se requiere y exige una buena gestión, en lo que, a juzgar por los resultados, este ministro ha dejado bastante que desear. Esperemos que, en su previsible elección como presidente de la Generalitat tenga más fortuna, para bien de esa comunidad y a la postre, de todos los españoles, aunque si se me permite, visto lo visto, tengo mis dudas. Adolfo Costas Gascón. Pontevedra.

La nueva basura

Las colillas en la calle han sido sustituidas por mascarillas y guantes, restos de la tragedia que nos ha tocado vivir. Pero ¿de verdad es tan difícil usar las papeleras? Cambiemos el chip, por favor. María Piñeiro. Lugo