in

Nick Cave y el secreto para silenciar a la voz de la duda

Nick Cave y el secreto para silenciar a la voz de la duda

Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales.


Una vez más, dudas.

De ti, de tu voz y de esa promesa que te hiciste hace tanto tiempo, después de que el mundo que creías cierto colapsara de manera estrepitosa. Entonces, recién liquidado del puesto que ocupaste durante años en una empresa trasnacional, la decisión de volar solo (de perseguir tu sueño, de atreverte por fin a ser tú mismo) parecía la mejor opción.

Pese a todo lo que te dijeron el día en que te quedaste sin trabajo, te sabías capaz y lleno de talento. Asustado, pero seguro de ti mismo, te lanzaste al abismo del emprendimiento. Te sumergiste en esas aguas que parecían tranquilas solo para descubrir que a pocos metros de profundidad había fuertes corrientes y remolinos que te arrastraban y te alejaban de la dirección que pretendías seguir.

Ahí abajo, extrañas fuerzas que desconocías desafiaban las antiguas reglas del mundo corporativo. Diversos monstruos te acechaban y se acercaban a ti para intimidarte, para obligarte a dar un paso atrás: clientes más complejos que cualquier jefe que hubieras tenido, pagos diferidos durante meses y meses, proyectos que arrancaban solo para verse ensombrecidos por un entorno económico incierto. Propuestas trabajadas, cotizadas y presentadas que de un día al otro se transformaban en deseos incumplidos, en proyectos que jamás sucederían.

Y encima de todo eso, estaba la voz en tu interior.

Intensa, amenazante y constante: un cántico que retumbaba dentro de tu cráneo repitiendo una y otra vez lo mismo. Era la voz de la duda que se amplificaba cuando aparecía un obstáculo en tu camino; el mayor reto por vencer en el mundo de los creadores, de los artistas y de los soñadores. También en el de los emprendedores. 

EL PEQUEÑO GANDALLA QUE LLEVAS DENTRO

Hace tiempo Nick Cave, el cantante y escritor australiano, fue cuestionado en torno a las dudas que él mismo tenía de su propio talento en The Red Hand Files, su blog personal. Tras aclarar que esa era una de las preguntas que con mayor frecuencia le hacían (oscuro, poético y retorcido, definitivamente el estilo musical de Nick Cave no es para cualquiera), se lanzó a hablar sobre esa voz que la mayoría de nosotros escuchamos cuando surgen las primeras complicaciones.

Una crítica, un comentario o la falta de likes bastan para que la voz del pequeño gandalla que habita en nuestro interior se amplifique y derrumbe la confianza en nosotros mismos que con el paso del tiempo y mucho trabajo hemos logrado construir. Según Cave este gandalla es un homúnculo (un hombre pequeño) que repite una y otra vez lo mismo. A veces lo grita, a veces lo susurra. A veces lo dice una y otra vez mientras intentamos conciliar el sueño: “Déjalo ya, no eres ni serás jamás lo suficientemente bueno”.

A la molesta cantaleta de esa horripilante voz sigue la reacción natural de la duda. Al oírla nos retraemos y terminamos por huir heridos a lo más profundo de nosotros mismos. Asustados, buscamos consuelo en la soledad de nuestro intrincado laberinto y, sabiéndonos absolutamente vulnerables, nos escondemos al menos hasta que el silencio reine de nuevo en nuestro cráneo y el eco de sus palabras haya desaparecido.

El problema es que la única manera de callarlo por completo es renunciar a nuestro ideal. A la idea de escribir una canción, de rodar una película, de pintar un cuadro capaz de devolverle la vida a un corazón que se ha transformado en piedra. La única forma de silenciar definitivamente a la voz de la duda es renunciar a la idea de emprender con ese proyecto que tanto nos apasiona.  

En su pequeño texto Nick Cave explica que esa voz es la verdadera enemiga de la aspiración. Un comando cruel que nos ordena a alejarnos de una posible mejor versión de nosotros mismos. Sin darnos cuenta, muchos caemos en su juego y, asustados, nos rendimos.

Lo más dramático –advierte Cave– es que esa voz molesta, es en verdad nuestra voz interior. Cada uno de nosotros es su propio homúnculo, su propio gandalla, su propio detractor. No hace falta que los dislikes vengan del exterior. Constantemente nos juzgamos, nos descalificamos, nos burlamos de nuestros esfuerzos. Negamos nuestros pequeños logros y, sin ayuda de nadie más, logramos desmoronarnos.

Perdemos la batalla antes de haberla librado.

Para Nick Cave el acto de empezar crear (una canción, una novela, una empresa) es una declaración de guerra. Una batalla cruenta entre tu verdadero yo y el gandalla que grita desde tu interior. Pero esa batalla despiadada es absolutamente necesaria. Es de esa tensión entre los dos seres que tú eres, que surge el verdadero poder de la creación.

Si permites que la batalla la gane tu homúnculo, si te rindes a la amarga autocrítica, corres el riesgo de existir derrotado y frustrado, castigándote eternamente con dislikes como un pequeño tirano. Pero si crees en ti mismo, si tienes la valentía de luchar contra los oscuros ecos de la duda que engendras, tarde o temprano te darás cuenta de que en ese proceso has creado algo único, hermoso y valioso.

Nick Cave cierra su texto recordándonos que es responsabilidad nuestra, y de nadie más, el patear en los huevos al pequeño gandalla que llevamos dentro cuantas veces sea necesario para silenciarlo.

Así es que, la próxima vez que dudes, ya sabes qué es lo que tienes que hacer.

 

Fuente de la Noticia

Perspectiva del mercado de Tecnología analítica de procesos (PAT) para productos farmacéuticos

[2021] Tecnología Analítica De Procesos (PAT) Para El Mercado Farmacéutico: Comprenda El Impacto Global De Covid-19 Con Referencia A Estrategias Y Análisis De Mercado Anteriores

Naomi Osaka, campeona del Abierto de Australia

Naomi Osaka, campeona del Abierto de Australia