Caracas, Venezuela – 9 de agosto de 2024 – El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha ordenado la suspensión de la red social X, anteriormente conocida como Twitter, durante 10 días en todo el país. La medida fue anunciada durante un acto en el palacio presidencial de Miraflores, en Caracas, en respuesta a lo que Maduro describe como un «ataque cibernético» dirigido a socavar su reelección.
«He firmado un punto de cuenta con la propuesta hecha por Conatel», explicó el mandatario, refiriéndose a la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, el organismo que regula las telecomunicaciones en Venezuela. Según Maduro, la decisión de suspender la plataforma es una medida necesaria para contrarrestar los supuestos intentos de desestabilización a través de las redes sociales.
Maduro acusó al propietario de la red social, Elon Musk, de incitar al odio y promover el fascismo, argumentando que la plataforma ha sido utilizada para fomentar un clima de violencia y desinformación en el país. «Tenemos que derrotar el golpe de Estado cibernético», declaró el presidente venezolano, insistiendo en que la suspensión es un paso crucial para proteger la estabilidad y soberanía del país.
La red social X ha sido un canal clave para la comunicación y movilización de la oposición en Venezuela, así como un espacio para el intercambio de información crítica hacia el gobierno. La decisión de suspender su operación en el país por un período de 10 días es vista como un intento de controlar la narrativa y silenciar voces disidentes en un momento políticamente delicado.
La orden de suspensión ha generado reacciones mixtas tanto dentro como fuera de Venezuela. Los críticos del gobierno denuncian la medida como un ataque a la libertad de expresión y un esfuerzo por limitar la capacidad de la población para organizarse y comunicar sus opiniones. Organizaciones internacionales de derechos humanos y varios gobiernos extranjeros han expresado su preocupación por lo que consideran una escalada en las tácticas de represión del régimen de Maduro.
Por otro lado, los partidarios del gobierno defienden la decisión como una acción legítima para proteger al país de lo que describen como una campaña de desestabilización impulsada desde el exterior, utilizando plataformas de redes sociales.
La medida se produce en un contexto de creciente tensión política en Venezuela, donde Maduro busca afianzar su poder en medio de críticas internas y presiones internacionales. La red social X, con su capacidad para amplificar mensajes y organizar movimientos, ha sido una herramienta poderosa para la oposición, lo que ha llevado al gobierno a intensificar su control sobre las comunicaciones en el país.
