6 min read
Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales.
El confinamiento obligatorio como parte de las medidas para mitigar el contagio de la enfermedad COVID-19 provocada por el SARS-CoV-2, ha desarrollado una habilidad que muchos desconocíamos: trabajar a distancia.
Llevar una vida como nómada digital consiste en lograr una independencia física de tu trabajo y utilizar únicamente una laptop, smartphone, conexión WiFi, tu capacidad de concentración y el sentido de la responsabilidad para desempeñarte y generar ingresos desde cualquier punto del mundo.
Anteriormente esta forma de trabajar se enfocaba en freelancers, emprendedores y profesionales independientes. Hoy esta realidad podría cambiar y adaptarse a empresas que se vieron en la necesidad de desarrollar y perfeccionar el trabajo remoto dentro de sus equipos.
Dos emprendedores que apostaron por esta tendencia en nuestro país, desde antes de saber de la existencia del coronavirus, fueron Ray Alonso y José Adrián, fundadores de Workósfera en 2017, un coworking con dos sedes en la ciudad de Puebla, cuyo 10% de usuarios son nómadas digitales.
“Principalmente son extranjeros de nacionalidad europea y estadounidense que se establecen por un periodo corto en ciudades o localidades donde el gasto por alojamiento y alimentación sea mínimo, en Puebla hemos atraído a este perfil que no sabíamos que existía”, comparte Adrián.
Ray Alonso y José Adrián, fundadores de Workósfera / Imagen: Workósfera
Crear comunidad a partir de los intereses de los clientes
Al detectar este perfil, Workósfera se empeñó en ofrecer los servicios que hicieran más placentera su estadía, así que incluyeron alojamiento, desayuno, transportación, el espacio de trabajo y actividades extra por una cantidad mensual que ronda en los $1,000 dólares, “una gran oportunidad comparada con los $3,000 que pueden gastar en otros países sólo por un hospedaje compartido”, explica Adrián.
Una anécdota que cuenta el emprendedor es sobre una nómada digital francesa que llegó a Puebla motivada por el libro Born To Run de Christopher McDougall, que habla sobre los maratonistas tarahumaras y el cual menciona al pinole como superfood o un súper alimento con grandes beneficios nutricionales.
Ella viajó a México para investigar sobre la producción de este alimento, encontró en Workósfera un espacio de trabajo y además una red de networking, que le ayudó en la creación de una página web y asesoría sobre los aspectos legales y constitutivos de su negocio de barras energéticas a base de pinole.
Y esta red de networking abarca desde profesionales independientes que utilizan el espacio de coworking hasta organismos públicos y privados que impulsan eventos sobre emprendimiento en Workósfera, como la Startup Weekend y la Noche de Ángeles, donde se reúnen los actores del ecosistema emprendedor poblano.
Workósfera integra una oferta con 13 planes de contratación distintos, que se ajustan a las necesidades de cada equipo de trabajo, desde una persona por una hora, hasta socios que requieren un plan mensual en sus dos centros.
La capacidad máxima que este coworking permite es de 150 personas, con toda la intención fue creado así, “de esa manera tienes la posibilidad de convivir con todos los coworkers y se crea una comunidad”, agrega el cofundador.
Para fomentar la interacción, Adrián y Ray organizan eventos de convivencia social como el Fun Friday, donde un viernes al mes se suspenden labores a las 4 de la tarde para disfrutar de actividades como torneos de ping pong, funciones de cine o la Fiesta Anual del 5 de mayo.
Además, a lo largo de las semanas se imparten clases de yoga de 15 minutos, consultas médicas con oftalmólogos y otros especialistas, así como generar conexiones para consultoría o mentoría en negocios gracias a las alianzas estratégicas que han construido durante tres años de operación, con organismos públicos y privados, como Endeavor, InQba, iLab, CICE y algunas universidades.
El reto de trabajar a distancia
José Adrián, cofundador de Workósfera, afirma que el incremento de nómadas digitales es inminente. “Hoy más que nunca hay una gran cantidad de personas trabajando de manera remota”. Por una parte, los corporativos que no consideraban el trabajo a distancia como una alternativa, al tenerlo que implementar de forma obligatoria podrían retomarlo como una opción posterior a la contingencia, motivados por la viabilidad de operación.
Otro factor que el emprendedor considera como variable para incrementar el número de nómadas digitales al regresar la “nueva normalidad”, es que muchos empleados quieran cambiar su estilo de vida o ya no estén dispuestos a pasar ocho horas a la semana en el tránsito y prefieran moverse a otras localidades del país, como la playa o ciudades más pequeñas.
Por otra parte, Adrián puntualiza que “el trabajo a distancia no es lo mismo que el home office” y para muchos trabajar desde casa no ha resultado exitoso debido a distractores que disminuyen su productividad laboral y es ahí donde los espacios de coworking también tienen una oportunidad.
Workósfera enfoca esfuerzos en convertirse en una marca global, son los únicos mexicanos que forman parte de la Liga de los espacios de coworking extraordinarios (Lexc, por sus siglas en inglés), una red de espacios de coworking con estándares de excelencia evaluados en seis aspectos: experiencia de usuarios, diseño de espacio, modelo operativo, diversidad, accesibilidad, participación de la comunidad y recientemente, se incluye limpieza y sanitización.
Con esta proyección y gracias a las bondades gastronómicas, culturales y turísticas, los emprendedores confían en que todos los rincones de México continúen siendo un destino integral a la altura, para recibir a nómadas digitales de todo el mundo.