Los más de 1300 estudiantes de la jornada vespertina de la Institución Educativa Normal Superior Juan Ladrilleros de Buenaventura tuvieron que ser evacuados de emergencia por un incendio que se registró este martes, cerca de las 2:00 p.m.
Al parecer, una explosión en una pequeña cocina del colegio habría ocasionado la conflagración.
La versión preliminar de la investigación indica que ocurrió un corto circuito en uno de los salones didácticos y las llamas alcanzaron un cilindro de gas localizado en la cocineta.
La explosión de este artefacto alertó a toda la institución por lo que estudiantes y docentes dieron inicio a la evacuación inmediatamente.
«Todo fue un caos: la congestión de los niños, todos llorando. Yo vine a recoger a mi hija y cuando vi todo esto, comencé a ayudar a sacar a los niños. Fue muy triste ver el colegio en llamas», dijo Isabel Vargas, madre de familia.
La rectora del colegio, Concepción Prado, quien recientemente asumió el cargo, aseguró que la evacuación se logró en menos de cinco minutos, y por fortuna no hubo personas lesionadas.
«Contamos con un protocolo de evacuación con todas las entidades, los niños ya conocían los puntos de encuentro. Todo se hizo en poco tiempo», dijo.
La emergencia
A pesar de la crisis económica que atraviesa, el Cuerpo de Bomberos de Buenaventura atendió la emergencia con toda la maquinaria y el personal disponible.
En total, cinco máquinas llegaron al sitio para controlar las llamas. LLos daños estructurales no se han calculado. Al parecer, el incendio fue en la cocina. Toda la logística disponible se utilizó, incluidas ambulancias, pero no hubo personas afectadas», aseguró el capitán Jesús Armando Góngora.
Tras la evacuación, la comunidad del plantel fue llevada a un colegio vecino y al coliseo el cristal.
Además, se requirió la presencia de la Policía debido a que cuatro personas intentaron ingresar al colegio para robar cuando ya se habían controlado las llamas.
Cuatro salones y una cocina quedaron afectados por este hecho, las pérdidas aún no han sido calculadas.
Fuente: El País