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Nueva ley que permite que las respuestas del examen sean científicamente incorrectas si se fundan en creencias religiosas

Nueva ley que permite que las respuestas del examen sean científicamente incorrectas si se fundan en creencias religiosas

Ohio quiere aprobar una ley que permita que las respuestas de los estudiantes sean científicamente incorrectas siempre que estén justificadas por creencias religiosas, según publica un medio local.

No es una broma. Es otro efecto secundario del posmodernismo. De creer que todas las verdades son epistemológicamente idénticas. Y que las creencias religiosas no deben ser limitadas al ámbito privado.

Verdades por decretos

La Cámara de Representantes de Ohio aprobó la «Ley de Libertades Religiosas Estudiantiles», una ley que prohíbe que los estudiantes sean penalizados cuando su trabajo es científicamente incorrecto siempre que lo atribuyan a sus creencias religiosas.

El proyecto de ley ahora pasa al Senado controlado por los republicanos del estado para la aprobación final.

Con esta legislación, cualquier contenido religioso que un estudiante incluya en su tarea u otras tareas no puede considerarse incorrecto, independientemente de lo que ese contenido pueda contradecir a nivel científico.

El patrocinador del proyecto de ley, el representante republicano Tim Ginter, ha declarado que el proyecto de ley «no es una expansión sino una aclaración (de) lo que los estudiantes pueden y no pueden hacer en la expresión religiosa» y ha agregado que es «una legislación inclusiva que mejorará positivamente las libertades».

La legislación también levantaría una prohibición existente que impide que los estudiantes realicen manifestaciones religiosas durante el almuerzo.

La ciencia, sin embargo, no es democrática. Tampoco la dicta un libro sagrado. Ni siquiera cree estar en posesión de la verdad: el propio funcionamiento de la ciencia hace que las verdades se basen en modelos que cambian con el tiempo, a medida que se aportan nuevos datos, justo al contrario de lo que sucede con la religión, que es, cuando menos, argilosa y refractaria al cambio o la asunción del error. La fe, de hecho, se basa en creer sin pruebas, incluso con pruebas en contra.

Sin duda, una buena oportunidad para vindicar la religión pastafi. Y más en Estados Unidos, un país que, hace ahora 120 años, en febrero de 1897, tuvo un grupo de políticos que decidió que el número PO valía 3,2 por decreto, con independencia de lo que dijeran las matemáticas. Con dos esferoides gametogénicos XY.

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