El sistema de energía eléctrica del país esta con las alarmas prendidas. La razón, el grueso de proyectos de generación programados por el Gobierno para garantizar energía en firme a partir del 2022, presentarían un retraso y solo entrarían en operación hasta después del 2023.
(Lea: El lío ambiental que llevaría a Ituango a entrar en el 2023)
Así, las iniciativas agendadas por el Ejecutivo, producto de las subastas de Cargo por Confiabilidad y Contratos de Largo Plazo del 2019, comenzarían a entregar corriente al Sistema Interconectado Nacional (SIN), desde el citado año, incluso varias de ellas lo harían en el 2024 y 2025.
En total serían 18 los proyectos de energía programados que tendrían el retraso, y abarcan todas las fuentes de generación (convencionales y renovables no convencionales). Del listado que registrarían el citado evento hay uno hidroeléctrico, tres termoeléctricos y 14 de generación limpia (cinco solares y nueve eólicos).
Las iniciativas que sobresalen del listado y que presentarían el eventual retraso están Hidroituango y las térmicas Termosolo I, Termosolo II y Termocaribe 3.
Así mismo, estarían las plantas fotovoltaicas de San Felipe, Cartago, Latam Solar, El Campano y La Loma; y los parques eólicos de Windpeshi, Alpha, Beta, Apotalorru, Casa Eléctrica, Chemesky, TumaWind, Camelia y Acacias 2.
Llama la atención que, no solo el total de proyectos sumarían 3.656 megavatios (Mw) de capacidad instalada que entrarían a reforzar el SIN, sino que además los cinco proyectos solares y los nueve eólicos, hacen parte de la agenda de renovables del Gobierno, de los cuáles estos último aportarían 1.577 Mw de capacidad instalada a la matriz.
Al indagar sobre el posible retraso de los citados proyectos de generación de energía eléctrica con el viceministro de Energía, Miguel Lotero, el funcionario señaló que sobre el tema no iba a dar respuesta.
Sin embargo, este diario pudo establecer que los técnicos del Ministerio de Minas y Energía (MME) ya calculan la entrada en operación del número de obras con el mencionado retraso.
Entre las razones están la demora de más de un año de la puesta en operación de la Línea Colectora, la cual sacaría la energía de los proyectos renovables programados en La Guajira, y cuyo retraso se debe a serios atrasos por cuenta de las consultas previas para su ejecución, y se estima que comenzaría su tarea hasta el 2024.
“Aquí el tema social es muy complejo, porque la tarea no es con una, sino con varias comunidades indígenas de la zona, es decir que habría más de una consulta previa solo para este proyecto”, explicó Alejandro Castañeda, director ejecutivo de Andeg.
De igual manera, otras redes de propia transmisión para conectar estos proyectos renovables con las que cuenta el MME, presentarían los mismos inconvenientes de licenciamiento ambiental y consultas Previas, lo que demoraría también el inicio de su tarea.
Al respecto, Castañeda subrayó que los proyectos, en el caso de las renovables, pueden estar listos según los cronogramas establecidos, pero no ocurre lo mismo con las redes que llevarán la energía producida. “Estas iniciativas podrían quedar listas y para operación comercial con muchos meses de antelación, pero no serían rentables”, dijo.
Otro de los puntos que llevaría al retraso de la entrada en operación de las obras, tiene que ver con la llamada Línea Negra, cuya nueva delimitación está en manos del Ministerio del Interior y del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, entidad que ya dejó en claro que solo podrá trazar la delimitación cartográfica hasta que el MinInterior establezca la ampliación del polígono de las fronteras ancestrales de dos comunidades Kogui, y cuyo proceso se podría tardar dos años.
Otra de las variables que también genera inquietud, es la relacionada con el retraso de la entrada de 1.200 Mw de capacidad instalada de Hidroituango, y que tendría que ver con la falta de sincronización de los tiempos entre el remate del proyecto, y las condiciones ambientales (dictadas por la Anla) y sociales (acción popular interpuesta por la Procuraduría) que deben atender, estas últimas como pre-requisito.
Un concepto de cuatro páginas sobre los proyectos de energía asignados en la subasta de Cargo por Confiabilidad del 2019 según “las auditorías de construcción”, remitido a finales de febrero pasados por la Creg a la Andi, y al cual tuvo acceso Portafolio, señala que los proyectos de Hidroituango, Termosolo I, Termosolo 2, y Termocaribe 3, auque esté programada su entrada en operación comercial a finales del 2022, no se descarta que esta se daría tiempo después.
Además, el informe de la Creg revela que las obras para la generación renovables de TumaWind, Casa Eléctrica, Windpeshi, Chemesky, La Loma, Beta y Alpha, no mostraban atraso, tienen evidentes demoras en conexión, ya sea con la Línea Colectora o con las líneas propias de interconexión.