
Las obras por impuestos son una figura reciente, que empezó en 2018. Según datos de la Agencia de Renovación del Territorio, en ese primer año se aprobaron $220.616 millones de pesos en proyectos, de un cupo máximo de $250.000 millones de pesos que había aprobado el Confis. A través de este mecanismo de inversión, participaron 28 empresas, se ejecutaron 23 proyectos, se llegó a 28 municipios en 12 departamentos, de los cuales 18 de ellos eran municipios cubiertos con los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial- PDET. En 2019 se duplicó el número de municipios, empresas y proyectos aprobados, pero la inversión efectiva final fue de $247.319 millones de pesos; un aumento relativamente pequeño frente al crecimiento de la cobertura de los proyectos aprobados.
La buena noticia es que las obras por impuestos amplían su alcance a las personas naturales desde este mes y, además, ya no solo se enfoca en construcción de vías, infraestructura educativa, de salud y de servicios públicos, sino que se podrán formular proyectos culturales o para la adaptación y mitigación al cambio climático. Para mantener el buen ritmo, se anunció por parte del Gobierno Nacional que el Banco de Proyectos se abrirá dos veces al año. Hará falta que el Confis permita un aumento del cupo para financiar más obras por impuestos, a fin de involucrar a más empresas y personas naturales que no se hayan visto significativamente afectadas por la pandemia y sus efectos económicos.
La reactivación económica debe ser una oportunidad para cerrar las brechas entre regiones; generar empleo y fortalecer la dotación de bienes públicos, esenciales para el desarrollo y avance de regiones históricamente rezagadas y que han sufrido con particular fuerza los golpes del conflicto armado, como es el caso del Litoral Pacífico, Urabá, Bajo Cauca y el Catatumbo.