Durante seis décadas, el accionista vienés ha utilizado tácticas de choque en un intento de abrumar los sentidos de sus espectadores. En 2017, puso en escena 150. Acción, una actuación de tres horas celebrada en el festival Dark Mofo en la que se descuartizaba un cadáver de toro recién sacrificado mientras se arrojaban 500 litros de sangre por el escenario. Posteriormente, el toro fue retirado de su soporte de madera colocado en el suelo. Luego, sus artistas se sumergieron en la sangre en un frenesí, llenándolo con frutas, verduras y otros restos de animales.
En los días previos a la presentación, más de 2000 personas firmaron una petición para que se cancelara. Los activistas por los derechos de los animales en Tasmania dijeron que no se oponían a la matanza del toro, que se hizo con humanidad, pero criticaron el abuso de su cadáver.
La obra pertenece a su serie “Orgien Mysterien Theatre” iniciada en la década de 1960. En sus diversas iteraciones, los artistas vestidos de blanco se han enfrentado corporalmente con entrañas y restos de animales como parte de un ritual para reconocer la inevitabilidad de la muerte.