‘Paros’ al agua

El próximo sábado está programada una Asamblea del Paro Cívico de Buenaventura para definir el mecanismo de escogencia de su candidato a la Alcaldía. Este es oficialmente, el lanzamiento al agua del movimiento cívico que paralizó el principal puerto del Pacífico por mes y medio y que ha impulsado las votaciones de la izquierda este año en la ciudad. CONTEXTO SILLA PACÍFICO Más que obras, Buenaventura ganó conciencia SILLA PACÍFICO Con elección en el Fondo, el paro de Buenaventura ratifica su poder La movida es clave porque desde hace un año el Paro y su Comité Ejecutivo han logrado liderazgo dentro de la comunidad, casi como un estado paralelo al que parte de la sociedad civil acude para buscar soluciones (como ocurre con la crisis de la Unipacífico) y ha tomado la vocería ante el Gobierno local y nacional, por lo que creen tener un capital político que les ayude a derrotar a las tradicionales maquinarias. Aunque desde marzo había rumores de que participarían en octubre de 2019 (como lo contamos acá), la decisión de lanzarse al agua ocurrió apenas este sábado que pasó, en otra asamblea donde se tomó esa decisión por unanimidad. Los dos nombres que suenan para la candidatura son los de Víctor Vidal, quien es el exconcejal del Polo, vocero del paro e integrante de la organización afro PCN; y el de Judith Segura, abogada, representante legal de la Asociación Colombiana de Industriales y Armadores Pesqueros, Acodiarpe, ex candidata Verde a la Alcaldía y fundadora en el puerto del partido Colombia Justa Libres (de la coalición uribista en el Congreso). También sonó el padre Jhon Reina, otro vocero, pero él ya habría descartado la candidatura. Si bien el reto es cuesta arriba teniendo en cuenta que en el puerto hay casas políticas establecidas, cuyos Alcaldes han terminado presos (el último de ellos, Eliécer Arboleda, aliado de la gobernadora Dilian Francisca Toro), de ganar la Alcaldía el status quo del puerto cambiaría y sentaría un precedente de cómo un movimiento cívico puede escalar hasta convertirse en un actor político. Lo que sigue ahora para el Paro es definir el mecanismo de escogencia de ese candidato, lo cual está pactado para definirse este sábado, si no se aplaza por la consulta anticorrupción del domingo. La idea es votar si hay consulta popular abierta para todos los habitantes de Buenaventura o una votación cerrada de los 253 delegados de las organizaciones que integran el Paro, que fue el mecanismo usado para elegir a los cinco integrantes de la Junta Administradora del Fonbuenaventura. La consulta abierta tiene la ventaja que el elegido arrancaría con un case de votación en el Puerto por lo que arrancaría fuerte en la campaña. El riesgo de esa fórmula es que terceros influyan en la carrera para tener candidatos afines a ellos, como lo intentó la polémica Rosa Solis en la elección de la Junta. Con una consulta cerrada el Paro evitaría la injerencia externa, con el atenuante de que haya voces contra el Paro por no ser incluyentes. ¿Sacando rédito político? Buscar Alcaldía propia ya tiene críticos: sectores políticos de otras corrientes e incluso personas que integraron el Paro comenzaron a hacer campaña en contra de la aspiración, diciendo que el paro los usó para sus fines políticos. captura.jpg En el Comité se defienden. “(Con el Paro) Renació la esperanza de tratar de transformar a Buenaventura en el tema político porque sí hay gente que pueda dirigir el puerto sin intereses de robar lo público”, nos dijo Narcilo Rosero del comité de Agua. Creen que llegar a la Alcaldía les permitiría avanzar más rápido en los propósitos planteados hace un año por el Paro. “Si se logra la alcaldía ya no será más un obstáculo, sino un aliado más del proceso”, nos dijo el precandidato Víctor Vidal Algo similar opina el Jefe del departamento de Estudios Políticos de la Universidad Icesi y miembro de nuestra Red Pacífico, Juan Pablo Milanese, quien dice que meterse en las elecciones es un deber para los integrantes del paro cívico porque fueron ellos los que gestionaron los 1.5 billones de pesos que llegarán al puerto cada año como compromiso del Gobierno y deberían ser ellos mismo quienes los administren. Si bien los recursos serán administrados por la Junta Administradora del Fondo de Buenaventura, el Alcalde también haría parte de ella y de él dependen algunas gestiones como por ejemplo acelerar trámites como el POT y su consulta previa, dar terrenos, presionar al Gobierno, entre otros. Además, de administrar los recursos propios del municipio. “Tienen que ganar para mostrar resultados”, explicó Milanese. Además, hay una motivación adicional del Paro y es tratar de dar un vuelco a la administración local y el manejo corrupto de los recursos que hoy tiene en líos judiciales a los cuatro últimos alcaldes. A blindar la candidatura Con la decisión de lanzarse al agua al ruedo político, hay varios retos para el movimiento que confluye en el Paro Cívico de acá hasta las elecciones. El primero es que el Paro se arriesga a perder sectores clave que ayudaron a la movilización de mayo de 2017. El presidente del Centro Democrático en Buenaventura, Rubén Jiménez y el concejal de Cambio Radical, Alonso Moreno, nos dijeron, por aparte, que los gremios y sectores políticos que los apoyaron dejarían de apoyarlos porque se convierten en un movimiento político más y pasa a ser un contendor y una amenaza para esos sectores. “Ellos creen que los va a apoyar todo el mundo por ser del Paro, pero no cierto porque hay divisiones incluso dentro del mismo paro porque en elecciones cada cual coje para su lado”, nos dijo Jiménez. Otro reto es que el Comité se mantenga unido, toda vez que es un movimiento heterogéneo donde confluyen muchos sectores, aunque Vidal cree que la misma ciudadanía blindará la candidatura, como ya ha venido sucediendo ante las críticas. El tercer reto es el blindaje de los partidos tradicionales. Si el candidato crece probablemente los partidos que han mantenido el poder quieran montarse en ese bus, o pueden armar un bloque con candidato propio y con maquinaria que pueda derrotar el movimiento que va por firmas. Ya entre los tradicionales hay nombres para la candidatura, entre los que están Héctor Copete, ingeniero industrial y excandidato a la Alcaldía varias veces por diferentes partidos; Jaime Marinez exgerente local de Findeter, excandidato a la Alcaldía del partido Verde , Libia Mosquera, exconsul en Washington en el gobierno de Álvaro Uribe, Bernabé Mosquera excandidato liberal, Ligia del Carmen Córdoba, la concejal de La U que es cercana al actual alcalde preso Eliecer Arboleda y Lucy Abonce excandidata del Centro Democrático. Foto: La SIlla Vacía

El próximo sábado está programada una Asamblea del Paro Cívico de Buenaventura para definir el mecanismo de escogencia de su candidato a la Alcaldía. Este es oficialmente, el lanzamiento al agua del movimiento cívico que paralizó el principal puerto del Pacífico por mes y medio y que ha impulsado las votaciones de la izquierda este año en la ciudad.

La movida es clave porque desde hace un año el Paro y su Comité Ejecutivo han logrado liderazgo dentro de la comunidad, casi como un estado paralelo al que parte de la sociedad civil acude para buscar soluciones (como ocurre con la crisis de la Unipacífico) y ha tomado la vocería ante el Gobierno local y nacional, por lo que creen tener un capital político que les ayude a derrotar a las tradicionales maquinarias.

Aunque desde marzo había rumores de que participarían en octubre de 2019 (como lo contamos acá), la decisión de lanzarse al agua ocurrió apenas este sábado que pasó, en otra asamblea donde se tomó esa decisión por unanimidad.

Los dos nombres que suenan para la candidatura son los de Víctor Vidal, quien es el exconcejal del Polo, vocero del paro e integrante de la organización afro PCN; y el de Judith Segura, abogada, representante legal de la Asociación Colombiana de Industriales y Armadores Pesqueros, Acodiarpe, ex candidata Verde a la Alcaldía y fundadora en el puerto del partido Colombia Justa Libres (de la coalición uribista en el Congreso).

También sonó el padre Jhon Reina, otro vocero, pero él ya habría descartado la candidatura.

Si bien el reto es cuesta arriba teniendo en cuenta que en el puerto hay casas políticas establecidas, cuyos Alcaldes han terminado presos (el último de ellos, Eliécer Arboleda, aliado de la gobernadora Dilian Francisca Toro), de ganar la Alcaldía el status quo del puerto cambiaría y sentaría un precedente de cómo un movimiento cívico puede escalar hasta convertirse en un actor político.

Lo que sigue ahora para el Paro es definir el mecanismo de escogencia de ese candidato, lo cual está pactado para definirse este sábado, si no se aplaza por la consulta anticorrupción del domingo.

La idea es votar si hay consulta popular abierta para todos los habitantes de Buenaventura o una votación cerrada de los 253 delegados de las organizaciones que integran el Paro, que fue el mecanismo usado para elegir a los cinco integrantes de la Junta Administradora del Fonbuenaventura.

La consulta abierta tiene la ventaja que el elegido arrancaría con un case de votación en el Puerto por lo que arrancaría fuerte en la campaña.

El riesgo de esa fórmula es que terceros influyan en la carrera para tener candidatos afines a ellos, como lo intentó la polémica Rosa Solis en la elección de la Junta.

Con una consulta cerrada el Paro evitaría la injerencia externa, con el atenuante de que haya voces contra el Paro por no ser incluyentes.

¿Sacando rédito político?

Buscar Alcaldía propia ya tiene críticos: sectores políticos de otras corrientes e incluso personas que integraron el Paro comenzaron a hacer campaña en contra de la aspiración, diciendo que el paro los usó para sus fines políticos.

En el Comité se defienden. “(Con el Paro) Renació la esperanza de tratar de transformar a Buenaventura en el tema político porque sí hay gente que pueda dirigir el puerto sin intereses de robar lo público”, nos dijo Narcilo Rosero del comité de Agua.

Creen que llegar a la Alcaldía les permitiría avanzar más rápido en los propósitos planteados hace un año por el Paro. “Si se logra la alcaldía ya no será más un obstáculo, sino un aliado más del proceso”, nos dijo el precandidato Víctor Vidal

Algo similar opina el Jefe del departamento de Estudios Políticos de la Universidad Icesi y miembro de nuestra Red Pacífico, Juan Pablo Milanese, quien dice que meterse en las elecciones es un deber para los integrantes del paro cívico porque fueron ellos los que gestionaron los 1.5 billones de pesos que llegarán al puerto cada año como compromiso del Gobierno y deberían ser ellos mismo quienes los administren.

Si bien los recursos serán administrados por la Junta Administradora del Fondo de Buenaventura, el Alcalde también haría parte de ella y de él dependen algunas gestiones como por ejemplo acelerar trámites como el POT y su consulta previa, dar terrenos, presionar al Gobierno, entre otros. Además, de administrar los recursos propios del municipio.

“Tienen que ganar para mostrar resultados”, explicó Milanese.

Además, hay una motivación adicional del Paro y es tratar de dar un vuelco a la administración local y el manejo corrupto de los recursos que hoy tiene en líos judiciales a los cuatro últimos alcaldes.

A blindar la candidatura

Con la decisión de lanzarse al agua al ruedo político, hay varios retos para el movimiento que confluye en el Paro Cívico de acá hasta las elecciones.

El primero es que el Paro se arriesga a perder sectores clave que ayudaron a la movilización de mayo de 2017.

El presidente del Centro Democrático en Buenaventura, Rubén Jiménez y el concejal de Cambio Radical, Alonso Moreno, nos dijeron, por aparte, que los gremios y sectores políticos que los apoyaron dejarían de apoyarlos porque se convierten en un movimiento político más y pasa a ser un contendor y una amenaza para esos sectores.

“Ellos creen que los va a apoyar todo el mundo por ser del Paro, pero no cierto porque hay divisiones incluso dentro del mismo paro porque en elecciones cada cual coje para su lado”, nos dijo Jiménez.

Otro reto es que el Comité se mantenga unido, toda vez que es un movimiento heterogéneo donde confluyen muchos sectores, aunque Vidal cree que la misma ciudadanía blindará la candidatura, como ya ha venido sucediendo ante las críticas.

El tercer reto es el blindaje de los partidos tradicionales. Si el candidato crece probablemente los partidos que han mantenido el poder quieran montarse en ese bus, o pueden armar un bloque con candidato propio y con maquinaria que pueda derrotar el movimiento que va por firmas.

Ya entre los tradicionales hay nombres para la candidatura, entre los que están Héctor Copete, ingeniero industrial y excandidato a la Alcaldía varias veces por diferentes partidos; Jaime Marinez exgerente local de Findeter, excandidato a la Alcaldía del partido Verde , Libia Mosquera, exconsul en Washington en el gobierno de Álvaro Uribe, Bernabé Mosquera excandidato liberal, Ligia del Carmen Córdoba, la concejal de La U que es cercana al actual alcalde preso Eliecer Arboleda y Lucy Abonce excandidata del Centro Democrático.

Fuente: Laura Soto / La Silla Vacía

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