Redacción
Córdoba es estos días el ejemplo de que la tradición y la vanguardia tecnológica pueden cohabitar en armonía e incluso formar un tándem perfecto. Eso es precisamente lo que está ocurriendo en una particular Fiesta de los Patios, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2012, que este año, y por primera vez en su historia, se celebra en otoño. La culpa ha sido (¡cómo no!) del covid-19, que impidió que la fiesta más internacional de la ciudad tuviera lugar en mayo, su fecha habitual. Ahora, cuando el coronavirus nos obliga a cambiar nuestra cotidianidad y se hace necesario el cumplimiento de recomendaciones sanitarias para minimizar el contagio de la enfermedad, la ciencia, las matemáticas y la creatividad se han puesto al servicio de estos recintos y de las calles de la ciudad para garantizar la seguridad de quienes acuden a esta cita.
Gran afluencia de turistas por el puente del Pilar en Córdoba
Precisamente se abren los patios en un Puente del Pilar en el que se ha registrado en Córdoba una gran afluencia de turistas a los Patios, pero también al Casco Histórico de la ciudad. Este sábado, se han registrado grandes colas para acceder a monumentos como la Mezquita-Catedral.
Aspecto del entorno de la Mezquita-Catedral, este sábado en Córdoba. Foto: FRANCISCO GONZÁLEZ
Proyecto piloto para controlar la afluencia a los patios
De las seis rutas de Patios que se pueden realizar en Córdoba, repartidas entre el centro histórico y el casco antiguo, el barrio del Alcázar Viejo o San Basilio es el que acumula mayor número de visitantes. Por eso allí se ha puesto en marcha un proyecto piloto, pionero en España, para controlar en tiempo real la acumulación de personas que hay en sus calles. Se trata de grabaciones realizadas a través de cablecam, una cámara que discurre, a modo de tirolina, a cinco metros de altura y que a través de algoritmos es capaz de identificar si lo que aparece en las imágenes son personas y cuántas se encuentran en una misma zona en ese momento. Aicor, la empresa que ha contratado el Ayuntamiento para controlar la afluencia de público y que ha desarrollado el programa, es cordobesa. Hermens Aguilar, uno de sus responsables, señala que aunque en un principio las imágenes se iban a grabar con drones, se ha optado por el sistema de cablecam para evitar posibles accidentes, siguiendo las recomendaciones de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Así que han montado la base de operaciones en Caballerizas Reales, desde donde vigila la cámara y todo su recorrido. De aquí parte el cable que discurre por el barrio en línea recta y desde donde se controlan todas las calles. La señal que capta la cámara se envía «a un software de inteligencia artificial que mide las métricas que le digamos, en este caso personas», y que es «capaz de contarlas». Si se supera el aforo permitido «podemos emitir una alerta», una señal que trasladan a a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado «para que tomen medidas». De momento no ha sido necesario.
Un programa novedoso
El programa creado para identificar la presencia de visitantes está aún «aprendiendo», ya que «nosotros vamos introduciendo cada vez más datos». De ahí que «ahora mismo tenga una precisión determinada y cuando finalice la semana tenga más», porque el algoritmo que se genera «tendrá más certeza» de qué sale en la imagen. Así, junto a cada individuo que se graba, siempre preservando su identidad, aparece un número. Ese es el porcentaje de «certeza» de que el objeto que aparece en imagen es una persona y en el que 1 equivale al 100%. Según va disminuyendo esa certeza, se va rebajando el número de tal modo que, por ejemplo, un 0,6 equivaldría a un porcentaje de certeza del 60%. «Hay que enseñar al algoritmo a que una persona, en distintas posiciones, sigue siendo una persona», independientemente de que esté de frente, de espaldas o con cualquier tipo de vestimenta. Para Lourdes Morales, delegada de Transformación Digital del Ayuntamiento, este proyecto pionero en España evidencia la importancia de que la tecnología esté «al servicio del ciudadano». Porque además de este cablecam se han colocado sensores en los patios del Alcázar Viejo para que nunca se sobrepase el aforo establecido en cada recinto. Morales se ha mostrado muy satisfecha con el proyecto y su funcionamiento y no descarta que en un futuro se use en otros eventos, ya que hay que « buscar el beneficio de la tecnología en el momento covid que estamos viviendo».
Mientras, a pie de calle, y en la entrada de cada uno de los 49 patios particulares y dos institucionales de las seis rutas, los controladores de acceso a los patios se encargan de que todos los visitantes cumplan con el protocolo establecido. En el suelo, unas señales indican dónde debe esperar cada grupo de personas, a varios metros del anterior y del posterior, se toma la temperatura de los visitantes y se les proporciona gel hidroalcohólico para acceder a los recintos. La coordinadora de los controladores, Inmaculada Pérez, destaca que desde el 8 de octubre que comenzaron los patios «nos estamos encontrando mucha comprensión por parte de la gente».
De paseo por la rutas
El sábado y el domingo van a ser los «días grandes» de esta Fiesta de los Patios, que se celebrarán hasta el 18 de octubre, por su coincidencia con el puente. Y eso se notaba ayer en las calles del casco antiguo y centro histórico, que rebosaba paseantes a primera hora de la mañana y donde el turismo nacional se está dejando ver este fin de semana. Aunque el covid-19 haya desbaratado los planes iniciales, la Fiesta de los Patios sigue siendo uno de los principales reclamos turísticos de Córdoba. Es una tradición que entronca con el sentir de esta ciudad, una forma de ver y entender la vida que gira en torno a los pulmones verdes que se esconden en sus callejuelas. Son los vergeles ocultos de Córdoba.
