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Periodista relata el acoso del gobierno de Daniel Ortega a los opositores en Nicaragua

Periodista relata el acoso del gobierno de Daniel Ortega a los opositores en Nicaragua

Mi nombre es María (*). Soy periodista. Tengo 22 años de experiencia en medios de comunicación. Me tocó trabajar con dos gobiernos anteriores al de Daniel Ortega, que tiene catorce años en el poder y ahora busca una nueva reelección.

La situación era muy diferente: podías hacer las preguntas incómodas que había qué hacer, y si publicabas algo, al día siguiente el ministro implicado te amenazaba con injurias y calumnias, pero, obvio, siempre tenés pruebas, entonces no pasaba.

En los 80 era niña, viví el Gobierno sandinista, sé de las crisis y de las filas. Nos llaman la Generación X, porque no somos revolucionarios, pero sí nos tocaron las consecuencias. Vimos a nuestros padres decepcionarse porque el sueño revolucionario se había caído. Éramos la generación de la democracia, de denunciemos, de exijamos porque son nuestros derechos y los vamos a defender. No era la vida perfecta ni el país perfecto, pero teníamos libertad de decir lo que pensábamos.

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En el Gobierno de Arnoldo Alemán sí le pusieron restricciones publicitarias a algunos medios que eran frontales por la corrupción. Él fue juzgado y en la redacción celebramos cuando fue desaforado como diputado para enfrentar esos cargos por corrupción.

El asunto es que, cuando este Gobierno llegó al poder, en el 2007, las oficinas de divulgación dejaron de dar información y la única que podía dar declaraciones era la Primera Dama, como lo sigue siendo ahora como Vicepresidenta. Todos los días, al mediodía, si vos querés saber qué pasa con el dengue, con las matrículas escolares, con los charcos en las calles de Managua, con lo que sea, solamente ella da declaraciones. Los ministros solo son cajas de resonancia de ella. En las oficinas de información ni siquiera te dejaban entrar, los divulgadores comenzaron a ser los guardaespaldas de los ministros. Lo que decíamos los medios no afines al Gobierno era información ‘contaminada’ y solo le daban declaraciones a sus periodistas.

El acoso a los medios

En Nicaragua, el Instituto de Telecomunicaciones cada diez años tenía que renovar la frecuencia de radio y televisión y los dueños venían solicitando que se ampliará a 20 años, pero este Gobierno comenzó a presionar a los canales a los que se les iban venciendo sus licencias para que les vendiera y así pasaron a los hijos de Daniel Ortega. Hoy, el único canal que está abierto es el 12, pero le tienen juicios por millones y no tienen licencia actualizada, en cualquier momento pueden decirle que no sigue transmitiendo. En el primer periodo de este Gobierno hubo radios muy frontales en contra de esa política de cierre de espacios, en medio del ahogo publicitario, porque toda la publicidad pasa a manos de los hijos de Ortega, que tienen empresas de comunicación y se encargan de hacer toda la parte audiovisual. Ahora solo hay un periódico, La Prensa, que ya casi tiene cien años, pero Metro, El Nuevo Diario y otros que salían semanales o revistas mensuales han tenido que cerrar. Ha habido un repunte en los medios digitales, pero no tienen cómo sostenerse…

Después vino una segunda etapa en la que comenzamos a trabajar con información que nos filtraban, pero nunca hay réplica, no desmienten nada de lo que vos públicas, como si lo que vos decís no existiera. Antes del 2018 hubo gente que protestó, los panaderos, los taxistas, pero todos son callados. Las rotondas fueron tomadas por gente afín al Gobierno y después por la Policía. Les decíamos los rezadores, porque decían que nosotros estábamos endemoniados y mandaban a la gente a los periódicos a rezar enfrente ‘porque no estás apoyando al Gobierno socialista y solidario que tenemos’.

La Policía y el Ejército están completamente plegados al Gobierno: si vas a un juicio y sabés que la persona con la que vas a pelear es afín al Gobierno, aunque tenga la razón, vas a perder. Un taxista murió en un accidente de tránsito provocado por la hija de un testaferro de Ortega que venía borracha en una camioneta y dijeron quien había provocado el accidente fue el que murió. En abril del 2018 los chavalos (muchachos) salen a protestar porque Nicaragua era como una olla de presión: quitaron el aborto terapéutico, cerraron las comisarías de la mujer, demasiados atropellos, pero la Policía los sitió en las universidades y hubo una frase que se le acuña a la Primera Dama: ‘vamos con todo’, y fue cuando comenzaron a disparar: a 17 muchachos a los que les dispararon en un ojo y el 30 de mayo muere Álvarito Conrado, una criatura que estaba en secundaria, y eso enarcedió a la gente y se llama a una mega protesta para el 30 de mayo, el Día de las Madres, y comenzaron a disparar, aunque nadie estaba armado.

En el 2018 comenzamos a sentir que ese ‘vamos con todo’ iba en escalonada y que los periodistas íbamos a quedar en la mira. Empezaron con los líderes estudiantiles y políticos, y crearon la Ley del Terrorismo y resultó que en Nicaragua había más terroristas que en todo el mundo, porque ‘hacíamos terrorismo mediático’ cuando publicábamos noticias o movíamos cosas en Twitter. Tuvimos periodistas presos, como Miguel Mendoza, y otros, como Carlos Fernando Chamorro, tuvieron que salir del país para resguardar su seguridad.

Confiscaron medios de comunicación y muchos comenzamos a cuidar lo que decíamos en las redes, porque sabemos que estamos vigilados, que todo lo que publicamos es seguido. En Nicaragua un policía te detiene y no te pide documentos sino el celular. Mucha gente cambió sus nombres en las redes sociales y toca limpiar los contactos porque sabés que corrés riesgo.

¿Qué ha pasado con los más de 300 presos políticos? Ahora dicen que vendían armas, que traficaban drogas y los enjuician por delitos comunes, pero ellos son los jueces y las partes. Para los casos de terrorismo que les imputaron a muchos, los testigos claves eran policías que llegaban encapuchados a decir que vos habías hecho algo, sin poderte defender, sin que te reciban una prueba. Autocensurarnos ha sido lo más doloroso, tener que guardarme de decir lo que opino y siento, faltar ese derecho constitucional que debería tener categoría de derecho humano universal, es absurdo pero nos ha tocado.

Ahora crearon una ley contra el lavado de dinero, que implica que los medios de comunicación independientes están sujetos a ser investigados, y la ley de cadena perpetua, con la que están criminalizando el ejercicio periodístico. Este año también sacaron la ley de agentes extranjeros, con la que criminalizan a todo nicaragüense que, como yo, sale al exterior y dice que en Nicaragua estamos coartados en nuestra libertad de expresión o que allá no hay suficientes medicamentos. Entonces sos un agente extranjero que se presta a que otros países intervengan en la soberanía de Nicaragua y eso te puede llevar a un juicio.

Contra los Chamorro

La Fundación Violeta Barrios de Chamorro, que dirige Cristiana, hermana de Carlos Fernando Chamorro y fue creada para resguardar el legado de su papá, Joaquín Chamorro, asesinado en la dictadura, decidió cerrar sus puertas porque ofrecía becas para hacer trabajos periodísticos de profundidad. Se les llevaron las computadoras, así que tienen la lista de los periodistas que recibimos alguna capacitación o beca y los están llamando a declarar.

Cristiana también había manifestado su interés en ser candidata presidencial y está presa desde hace 60 días, junto con todos los que externaron que querían serlo, incluido su hermano Pedro Joaquín, que está en la cárcel Chipote y no se sabe de él. Se supone, no está confirmado, que van a llamar a 320 personas vinculadas a la fundación.
El problema es que vos no sabés si vas a ir a declarar y te vas a tu casa o después van a llegar allá para meterte preso. Modificaron el Código Penal y ahora la Policía te puede retener hasta 90 días por investigación y en ese tiempo ellos te arman un juicio.

Me tocó salir del país porque me advirtieron que voy a ser citada a declarar y estamos en pleno proceso electoral y sabemos que los que estamos en la mira, además de los opositores, somos los periodistas. Hay un cronista deportivo, nunca ha cubierto política, Miguel Mendoza, que no paró de denunciar en sus redes sociales los atropellos que estaban sucediendo y se lo llevaron y no se sabe nada de él. Está preso Félix Maradiaga, que pertenecía a una ONG y ha sido opositor político, y el presidente de la Empresa Privada de Nicaragua, José Adán Aguerri, a un excanciller de 70 y pico de años.

Vos no podés decir nada, a menos que salgás del país. Pero, ¿qué pasa?: yo amo mi profesión, pero el periodismo no me puede dar de comer donde estoy ahora. Toca trabajar en lo que salga: lavar platos o ventanas, limpiar casas recién construidas, cuidar niños o ancianos, porque tenemos familia qué mantener en Nicaragua. Es una de las cosas más difíciles, porque la mayoría de los periodistas que conozco están en la misma situación: pudieron salir, pero hijos, hijas, familias, están allá, entonces seguimos poniéndonos el bozal, autocensurándonos.

La nueva tónica es que, si querés salir, te quitan el pasaporte, así que tienes que salir por puntos ilegales, lo que te limita al momento de solicitar un asilo. ¿Voy a poder volver a mi familia? Nosotros usamos Signal, Telegram, donde no quede rastro. WhatsApp, no.

Yo lamento que todos los organismos internacionales solo hagan comunicados. La situación de Nicaragua cada día es peor, estamos mal económica y socialmente. Tiene que haber justicia, esto no puede quedar en la impunidad. El problema es que tenemos otra vez a esa momia corriendo de candidato presidencial y sabemos que hay mucha gente en sus filas que no está a favor de él, pero no solo tienen que callar, sino aparentar que están a favor y bailar la canción ‘Daniel se queda’.

Tienen montada una inteligencia en contra de los periodistas y no es paranoia, lo viví: andan vestidos de civiles pero sabés que no son del barrio, que te vigilan, que preguntan por vos. En Nicaragua pasa que se meten a robar a tu casa y lo único que se llevan es la computadora y los teléfonos y te dejan todo lo demás. Hay mucho temor. Yo salí porque dije: si me llevan presa, ¿qué voy a hacer, quién va a abogar por mi? No soy una persona de dinero ni mi familia, ¿cómo van a hacer para buscar un abogado, que al final ni siquiera va a poder hacer nada? Yo siento que las elecciones son una burla y ningún partido político debería participar, para que se sepa a nivel internacional que esto no es un Gobierno, que es una dictadura y que ya estamos cansados. Ya llevamos catorce años y va a reelegirse cuatro más, más los que gobernó en el 80. ¡Por favor, es horrible!

(*) El nombre fue cambiado por seguridad.

Fuente de la Noticia

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