Redacción
A diferencia de otros años en que se presenta el Plan Financiero en los primeros meses del calendario, el gobierno de Gustavo Petro decidió anticiparse a 2023, y entregó ayer la actualización del Plan del año entrante, en la que se incluyen los principales estimativos fiscales y macroeconómicos para el país.
En primer lugar, y según confirmó el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, para 2023 se espera un crecimiento de 1,3%, inferior a la proyección de 1,8% que había entregado Hacienda en agosto, mientras que la expectativa de inflación está en 7,2%.
El ministro dijo también que para el otro año el Gobierno hará sus cuentas con un precio del petróleo en US$94,2 el barril de Brent.
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Aunque las perspectivas del 2023 apuntan a una marcada desaceleración, Hacienda revisó al alza el dato del PIB de 2022, a 8,2%, por encima del 7,7% que preveía en agosto, cuando inició esta Administración.
«Aunque esa cifra de crecimiento es baja para el año entrante, en la medida que se mira con un crecimiento muy alto de este año, vamos a tener un nivel de actividad económica que incluso es 13% superior comparado con prepandemia, y muy superior al de economías emergentes y a los promedios de la Ocde y América Latina«, dijo Ocampo.
El ministro entregó también el balance fiscal proyectado para 2022 y 2023. Para 2023 se espera que los ingresos totales asciendan a $319,3 billones, de los cuales $280 billones serían por recaudo tributario.
“Para el año entrante se espera un mayor recaudo, cuyo elemento más importante es la entrada en vigencia de la reforma tributaria, cuyo último estimativo es $20,3 billones, a lo cual se agrega el crecimiento de un PIB nominal más alto, y la depreciación del peso, entre otros factores que contribuyen a los ingresos”, dijo.
Por el lado del gasto, el mayor impacto en 2023 provendría de los programas sociales, que según Ocampo implicarán $20 billones, y también por el mayor aporte al Fondo de Estabilización de Precios a los Combustibles (FEPC). Este último incluye otros $7 billones, además de los $19 billones ya revistos en el Presupuesto General, para un total de $26,3 billones.
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“Hay un mayor gasto público para financiar programas del Gobierno, pero al mismo tiempo, los mayores ingresos hacen que tengamos un déficit fiscal que habrá disminuido a 3,8% del PIB, es una muestra de la responsabilidad fiscal del Gobierno, que se refleja en el Plan Financiero”, dijo el ministro.
Así, el déficit fiscal del país pasaría de 5,5% en 2022, cifra que también vio una corrección de 0,1 puntos en las proyecciones, a 3,8%. “Son dos años consecutivos de ajuste fiscal, que como proceso de ajuste son lo más fuerte que ha habido en la historia de Colombia desde los años 90”, indicó el ministro.
Para la deuda, Ocampo también aseguró que entre 2022 y 2023 la deuda neta presentará una corrección de 1,9 puntos, pasando de 50,5% a 48,6% del PIB.
La presentación del Plan Financiero también envió un mensaje a los mercados que, en general, tuvo una lectura positiva.
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Para Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, las proyecciones del Gobierno en términos de crecimiento y de inflación “están siendo lo más realista posible”, y destacó el hecho de que en las proyecciones que se incluya el FEPC. “Creo que los mercados lo van a tomar de forma positiva, porque es una forma de decir que son conscientes de que deben pagar eso”, dijo.
Sin embargo, cuestionó que la reducción en la deuda podría haber sido más rápida y “que todavía no es claro que será gasto social”.
De otra parte, Carolina Monzón, gerente de investigaciones económicas de Itaú, aseguró que “la pronta presentación del Plan aclara muchas dudas”, y que aunque la proyección de déficit que tiene el banco sigue siendo superior a la del Gobierno, “los mensajes muestran un proceso de consolidación tanto del déficit como de la deuda”.
Pese a ello, reiteró que en 2023 ese margen lo están dando los ingresos de la tributaria, y que persisten otros retos como el Fondo de los Combustibles. En materia de ingresos, Monzón dijo que la proyección del precio del petróleo podría ser “muy optimista”.
Laura Lucía Becerra Elejalde
