Los primeros estragos causados por la llegada de la segunda temporada de lluvias al país y el casi inminente arribo del fenómeno de la Niña, cuyas probabilidades ya son del 75 por ciento, según el Centro de Predicciones Climáticas (CPC), fueron suficientes para que el Gobierno decidiera reactivar los planes de contingencia previstos para atender eventuales emergencias, en especial en materia agrícola, ganadera y de infraestructura vial.
Se quiere evitar, a toda costa, que esta temporada invernal termine sumiendo a Colombia en un mar de inundaciones, derrumbes y pérdidas de cosechas, hogares y vidas, con millonarios costos para la economía en momentos en que el país pasa por una de sus más profundas crisis en décadas.
(Lea tambén: Casi inminente la llegada de la Niña).
Entre marzo y julio se registraron cerca de 350 eventos a causa de las lluvias en el país, los cuales han cobrado unas 20 vidas, un número similar de heridos y más de 10.000 familias damnificadas.
El costo de la última gran ola invernal que afrontó el país (2010-2011) equivalió a 2 puntos del PIB, según cuentas del Departamento Nacional de Planeación (DNP).
(Lea también: Medidas de julio redujeron a la mitad ritmo de la reactivación).
Se afectaron 3’534.173 personas, 829.330 familias, 1.048 municipios, unas 467.000 viviendas, más de 800.000 hectáreas, de las cuales más de 600.000 eran de vocación agropecuaria (murieron más de 300.000 aves ponedoras y de engorde, y 115.000 bovinos).
Por eso, el Gobierno hizo un llamado para que se adopten las medidas que contribuyan a aminorar el impacto de esta temporada de lluvias que ya empezó y se extenderá hasta finales del año.
Entre marzo y julio se registraron cerca de 350 eventos a causa de las lluvias en el país
“Se ha incrementado el enfriamiento del océano Pacífico tropical, y nos llevará a una temporada de lluvias sobre lo normal. Se registrarán precipitaciones con volúmenes por encima de lo esperado en algunas zonas del país, incluso arriba del 40 al 50 por ciento”, se advirtió esta semana, ante lo cual pidió a las comunidades ribereñas y costeras, así como a las autoridades municipales, estar alertas ante el comportamiento inusual de ríos y movimientos de tierra.
(Le recomendamos: PIB del país, entre los que más cae en la Ocde).
Esta nueva situación incrementa las inundaciones y crecientes súbitas. Por tanto, cada comunidad, que conoce bien sus zonas de riesgo debe estar alerta ante estas situaciones, indicó Yolanda González, directora del Instituto de Meteorología, Hidrología y Estudios Ambientales (Ideam).
La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) contabiliza cerca de 89 vendavales, más de 70 inundaciones y 81 movimientos de masa, entre otros eventos.
Y, aunque el fenómeno cubrirá la casi totalidad del territorio nacional, las autoridades hacen un especial llamado a los habitantes del piedemonte de Arauca, Casanare, Meta, Caquetá y el sur del Amazonas, donde se prevén fuertes precipitaciones de lluvias.
(Vea también: Las migraciones climáticas afectarán especialmente a América Latina).
Este año la llegada del segundo periodo de lluvias está matizada por la temporada de huracanes, situación que puede afectar de forma especial a regiones como La Guajira y el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, advierte el Ideam.
La Ungrd contabiliza cerca de 89 vendavales, más de 70 inundaciones y 81 movimientos de masa.
Héctor Fabio Zamora. EL TIEMPO
Habrá días de transición, es decir, en las mañanas sol y en las tardes fuertes aguaceros, tormentas eléctricas, granizo e, incluso, vendavales, dijo González, quien resaltó que la próxima semana se incrementará la nubosidad en las regiones Caribe y Pacífica, pasa a la zona Andina (Boyacá y Santanderes), y en la última semana de septiembre llegarán mayores volúmenes de precipitación. Y dijo que octubre será el mes más lluvioso y en el que habrá que estar más alerta.
Olga Lucía Ramírez, viceministra de Transporte, dijo que en coyunturas como esta “hay que trabajar de manera articulada”, y puso como ejemplo lo que se está viendo con el río Magdalena en Salamina, Magdalena, donde se llevó parte de la carretera que lo comunica con El Piñón debido a las fuertes lluvias. Allí, el Gobierno Nacional dispuso recursos a través del Invías y Cormagdalena para hacer un dragado, aunque reconoció que falta dinero para la solución definitiva.
(Vea: ¿Por qué está haciendo tanto calor en la costa? Expertos le explican).
Precisó que a través del Invías se cuenta con 8.100 millones de pesos para atender las emergencias en la red vial nacional, 71 grupos de administradores viales con sistemas de alerta y monitoreo y 249 cooperativas de trabajo asociado que hacen el mantenimiento de la red vial para que el alcantarillado funcione y así afrontar una temporada fuerte de lluvias.
A lo anterior se suman 102 metros lineales de puentes en caso de derrumbes, 100 cámaras en zonas críticas que transmiten en tiempo real, vehículos de emergencia vial y los respectivos planes de contingencia de los 44 concesionarios a cargo de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).
Según la funcionaria, los 16 aeropuertos concesionados también están incluidos en esos planes, en tanto se tienen identificados los sitios y servicios que pueden verse afectados.(Lea también: Hay 60 % de probabilidades de ‘La Niña’ entre septiembre y noviembre).
Riesgo en el agro
Otro sector clave muy expuesto a los riesgos invernales es el agropecuario. Según fuentes del Ministerio de Agricultura, se han adelantados acciones y programas para fortalecer las capacidades de los productores agropecuarios en gestión de riesgos agroclimáticos, así como de los instrumentos de planificación de las entidades territoriales, recomendaciones que están condensadas en una herramienta denominada Agrokit, diseñada en conjunto con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
A través del Invías se cuenta con 8.100 millones de pesos para atender las emergencias en la red vial nacional
En Colombia, los fenómenos hidrometeorológicos se caracterizan por generar afectaciones que se concentran en los niveles municipales. Cundinamarca, Arauca, Cauca, Boyacá, Caldas, Casanare y Tolima tienen más del 50 por ciento de su población expuesta a esas amenazas, es decir, 18 millones de personas están localizadas en zonas con las condiciones más críticas, según Planeación Nacional.
Tres planes en materia de infraestructura
1. Campañas informativas, con base en los reportes del Ideam, tanto a funcionarios como a contratistas, concesionarios e interventores de vías para que estén alerta ante emergencias de la red vial nacional a cargo de la Nación.
2. Se han intensificado tanto la limpieza de los sistemas de drenaje de la red vial y de los aeropuertos como la inspección del comportamiento de estos, pues permiten mitigar los efectos de las lluvias.
Cundinamarca, Arauca, Cauca, Boyacá, Caldas, Casanare y Tolima tienen más del 50% de su población en zonas con las condiciones más críticas
3. Se identificó la capacidad operativa de cada entidad para revisar cuáles son los sitios críticos recurrentes, dónde están ubicados contratistas y concesionarios; la maquinaria que se tiene disponible y la ubicación de las vías alternas.
ECONOMÍA Y NEGOCIOS