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Política, tecnología y censura: el incómodo vínculo entre Donald Trump y Facebook

El presidente Trump ha sido más benévolo con Facebook que con otros gigantes tecnológicos, como Amazon (Pool photo by Doug Mills).

Por BEN SMITH  

El 20 de noviembre del año pasado, NBC News informó que Mark Zuckerberg, Donald Trump y Peter Thiel, miembro del consejo de Facebook, habían cenado juntos en la Casa Blanca el mes anterior. “No está claro por qué la reunión no se hizo pública, ni de qué hablaron Trump, Zuckerberg y Thiel”, señaló el reporte.

Eso fue todo. Nada más surgió desde entonces. El ciclo de noticias dio vuelta a la página y la cena se convirtió en uno de los misterios sin resolver del poder estadounidense.


El presidente Trump ha sido más benévolo con Facebook que con otros gigantes tecnológicos, como Amazon (Pool photo by Doug Mills).

Pero ahora algunos detalles han sido proporcionados por funcionarios de la Casa Blanca, empleados y ex empleados de Facebook y personas con las que hablan. La mayoría habló sólo con la condición de que no se dieran a conocer sus nombres porque la compañía no está ansiosa por llamar la atención a la relación de Zuckerberg con el presidente.

Sus recuentos pintaron una imagen de una reunión inusual.

Jared Kushner, el yerno de Trump, organizó la cena el 22 de octubre con poca anticipación tras enterarse de que Zuckerberg, fundador de Facebook, y su esposa, Priscilla Chan, estarían en Washington para una audiencia sobre criptomonedas en el Capitolio, dijo una persona familiarizada con la organización. El ambiente fue agradable.

Sin embargo, se cierne una pregunta sobre la cena privada: ¿Llegaron Trump y Zuckerberg a algún tipo de arreglo? Zuckerberg necesita esquivar, y parece que lo está logrando, tanto los airados tuits del presidente, como las serias amenazas de demandas y regulaciones que enfrentan otras grandes compañías tecnológicas. Trump necesita acceso a la plataforma de publicidad de Facebook y su poder viral. Ambos hombres están obteniendo lo que quieren.

“Creo que tienen un acuerdo”, dijo Roger McNamee, uno de los primeros inversionistas de Facebook que ahora es un crítico feroz, y agregó que “probablemente fue algo implícito más que explícito”.

“El trato de Mark con Trump es sumamente utilitario”, dijo. “Se trata básicamente de obtener rienda suelta y protección contra la regulación. Trump necesita la influencia de Facebook para ganar esta elección”.

Funcionarios en Facebook y en el gobierno se burlan de la noción de que haya algún tipo de pacto secreto.

Zuckerberg ha navegado la política impredecible de los años de Trump tan bien como cualquier otro ejecutivo. Y una semana antes de la cena en octubre pasado, dejó claro en un discurso que sus intereses y los del presidente estaban alineados: Zuckerberg rechazaría un creciente movimiento para limitar las declaraciones falsas o provocadoras del presidente de EE.UU..

“No creo que sea correcto que una empresa privada censure a los políticos o las noticias en una democracia”, dijo. “No hacemos esto para ayudar a los políticos, sino porque creemos que las personas deberían poder ver por sí mismas lo que dicen los políticos”.

Trump, por su parte, ha sido notablemente más benévolo con Facebook que con Amazon, Google, Twitter o Netflix.

Facebook siempre ha estado más en sintonía con Washington que gran parte del Silicon Valley. Pero comenzó a enfocarse en serio en ganarse a los medios conservadores en la primavera de 2016, cuando Gizmodo alegó que la moderación del contenido del producto Trending Topics en Facebook “suprimía las noticias conservadoras”.

Un aparato de derecha que había pasado décadas reclamando prejuicios en los medios volvió su atención hacia el gigante tecnológico. Y Zuckerberg le dio la respuesta que esperaba: cerró el producto.

La dependencia de Trump de Facebook como vehículo publicitario —gastó 44 millones de dólares en la plataforma en 2016 y se espera que supere eso por mucho este año— significa que él necesita a la compañía tanto como ésta lo necesita a él.

Así que la relación de Zuckerberg con el presidente es una victoria. Pero Facebook, dicen personas involucradas en su estrategia política, ha estado teniendo un debate interno sobre equilibrar la realidad del control republicano de las agencias regulatorias con el hecho de que los demócratas tienen muchas más probabilidades de aprobar nuevas supervisiones, o tratar de desintegrar a la compañía.

El Departamento de Justicia actualmente realiza investigaciones antimonopolio de los gigantes tecnológicos. Pero aunque Google y Amazon enfrentan “investigaciones maduras”, la indagación a Facebook “no es real en lo absoluto”, dijo una persona informada sobre la investigación. Facebook ha actuado como una empresa sin preocupaciones en Washington. Ha continuado adquiriendo empresas y tomó acciones para permitir que los usuarios enviaran mensajes entre Messenger, WhatsApp e Instagram, una fusión que podría alimentar aún más las preocupaciones de monopolio.

Si bien los ejecutivos de Facebook insisten en que la postura de Zuckerberg respecto a la libertad de expresión en la plataforma es una cuestión de principios y planeación a largo plazo, no de conveniencia política, su equipo político también reconoce que está muy fuera de lugar para una administración demócrata. Y en días recientes, Facebook ha estado ansiosa por mostrar su independencia de la Casa Blanca. La compañía ha estado aplicando sin vacilar la política existente contra los posts de Trump.

Sin embargo, Zuckerberg no ha cedido en su insistencia central de que Trump debería poder decir lo que se le plazca en la plataforma y la mayoría de lo que le place en los anuncios. Pero, se dice que sí le dijo a Trump que se oponía a la advertencia de que “cuando comienza el saqueo, comienzan los disparos”. Y él y Chan escribieron a científicos financiados por su organización sin fines de lucro que estaban “profundamente sobresaltados y disgustados por la retórica divisiva e incendiaria del Presidente Trump”.

Esos gestos pueden haber apaciguado a la fuerza laboral de Facebook, pero en gran medida han pasado desapercibidos en Washington.

“Todas las grandes compañías viraron a la derecha después de que Trump ganó, y Facebook probablemente viró más que las demás”, dijo Nu Wexler, demócrata que trabajó en comunicaciones de políticas para Facebook en Washington. “Pero la política de la tecnología está cambiando y las empresas también deberían preocuparse por los demócratas. Ya quedaron atrás los días de sólo mantener contento al Presidente”.

© 2020 The New York Times

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