Aunque es cierto que en Colombia el promedio de lectura sigue siendo aún bajo, pues según el Dane, un habitante mayor de 5 años lee 5,1 libros al año, cifra inferior a países de la región como Chile y Argentina, los índices venían con una tendencia ascendente.
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No obstante, con la llegada de la pandemia del coronavirus las ventas de las principales librerías del país se vieron golpeadas.
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“El impacto fue muy fuerte en los meses de marzo, abril y mayo. Luego, cuando abrieron las librerías, las que tenían comercio electrónico fueron las pocas que pudieron recuperarse de una manera más rápida”, comentó Enrique González Villa, presidente Cámara Colombiana del Libro.
Mientras que en los 12 meses del 2019 se registraron un total de ventas de $798.838 millones, lo que había representado un incremento de 4,7% con respecto al 2018, en lo corrido de este año la caída en ese valor ya ronda el 30%.
Este resultado, justificado principalmente en la inoperancia de las librerías, editoriales y distribuidoras de libros, a raíz del cierre económico del segundo trimestre del año, también tiene un fuerte componente en los eventos que no se pudieron realizar.
La Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo), por ejemplo, que si bien se llevó a cabo de manera virtual entre el 21 de abril y el 5 mayo, no tuvo los mismos resultados que en periodos previos.
Para este año la Cámara estimaba que las ventas de esta exhibición dejarían un aproximado de $30.000 millones, pero según González, “no contamos con la infraestructura para ofrecer una opción de ventas unificada para los lectores”, lo que repercutió, entre otras cosas, en el comportamiento de la demanda.
Hay que resaltar que si el panorama de los eventos fue difícil para la librerías más grandes del país, aquellas que funcionan de manera independiente resultaron aún más afectadas.
Mariela Guerrero Vélez, librera y gestora cultural de la Librería Camino a Casa, ubicada en el barrio La Riviera del norte de la ciudad de Pasto, aseguró que previo a esta crisis se realizaban dos ferias anuales que daban “estabilidad y visibilidad” a la librería, las cuales se desarrollaron de manera virtual este año, pero sin buenos resultados materializados en las ventas.
Mientras que el gremio de la Cámara Colombiana del Libro agrupa a 455 librerías, de las cuales 259 son empresas libreras, en la Asociación Colombiana de Librerías Independientes (Acli), donde se encuentra esta de Pasto, hay actualmente 44 establecimientos vinculados.
Sin embargo, hay que anotar que muchas librerías otras no pertenecen a ningún grupo u asociación.
EN ‘ECOMMERCE’
La plataforma para la comercialización digital de la Lerner, una de las librerías más reconocidas del país, “se vio sobrepasadada, al inicio de la emergencia sanitaria, ante la abundancia de pedidos por ese canal”, aseguró Alba Inés Arias Figueroa, la directora comercial de la tradicional librería.
Pese a esto, hoy, luego de haber robustecido el canal, las ventas por este medio registran un incremento del 700%, “y su nivel a llegado al de una de las librerías físicas en tiempos normales”.
Bogotá ocupa el primer lugar, pero otras ciudades como Medellín, Cali, Bucaramanga y las capitales del Eje Cafetero incrementaron también su demanda de libros por la plataforma.
En términos generales, las cifras de la Cámara Colombiana del Libro mostraron que para el 2019 se vendieron por canal electrónico 55.663 libros, lo que representó un incremento de 25,3%, con respecto al 2018.
Para Arias hay que tener en cuenta, sin embargo que, “comprar libros está relacionado con un ritual que se práctica en un espacio físico”, agrega. Finalmente, es importante señalar que hasta el año pasado se totalizaron 5.783 empleos en el sector.