El panorama para los industriales no es fácil para los meses que vienen y así lo muestran varios de los indicadores de la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta que dio a conocer la Andi.
Allí hace un balance sobre el desempeño del primer semestre del 2023 y muestra las perspectivas para el resto del año.
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Para empezar, sobre el clima de los negocios la consulta reporta un deterioro.
En junio, el 59,6% de los encuestados consideró la situación actual de su empresa como buena, lo que representa una amplia caída frente a lo observado en junio de 2022, cuando esta cifra se encontraba en 78,1%.
Entre tanto, el nivel de compañías que esperan una mejor situación en el inmediato futuro fue reportado en junio de 2022 por el 36,3% de los encuestados.
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Este resulta ser un nivel inferior al registrado en el mismo mes del año anterior cuando se ubicó en 39,0%, según los resultados presentados por el gremio de los industriales.
La encuesta indagó a los empresarios sobre las perspectivas y las metas de ingresos para este año y si las han revisado al alza.
El 47,1% de los encuestados respondió que el presupuesto de ventas se ha revisado a la baja, el 38,5% afirmó que se mantiene igual y solamente el 14,4% de ellos respondió que el desempeño de sus negocios se ha revisado al alza.
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Con estos resultados, a juicio de la Andi, “se puede afirmar que el sector industrial se encuentra en una fase de decrecimiento”.
En cuanto a cuál es el aumento esperado en sus ventas para el año 2023 con respecto al 2022 dada la situación y las perspectivas actuales de la empresa. En ese sentido, se evidenció que en el 2023 serán de -0,78% en las ventas expresadas en unidades físicas, mientras que para las unidades valoradas en pesos se espera un aumento de 7,81%.
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Sobre los aspectos que pueden perjudicar el desempeño de la industria en el segundo semestre del 2023, la mayoría de los empresarios que participaron en la encuesta, 35%, considera que la incertidumbre política, relacionada con la suerte de las reformas que estudia el Congreso como la laboral y la de salud, y la futura sobre las pensiones.
Luego aparecen, entre las variables que incidirían negativamente para lo que resta de este año, la tasa de cambio (21,9%), la tasa de interés (16,9%) y la inflación (13,1%).
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Bruce Mac Master, presidente de la Andi, advirtió que “el deterioro en los indicadores industriales refleja la urgencia de implementar una estrategia de crecimiento sólida para el país que contrarreste las claras señales de la desaceleración que está sufriendo nuestra economía”.
Para el dirigente gremial, “la variación del PIB del 1,7% en el primer semestre del 2023 es una cifra baja e insuficiente a la luz de las expectativas y necesidades que tiene Colombia, y que prende las alarmas. Es el momento de tomar medidas contundentes que promuevan la inversión, la actividad productiva y la confianza”.
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En cambio, los empresarios consideran que dentro de los factores que juegan a favor de sus negocios están la disminución y estabilización de la tasa de cambio (35%), la reactivación económica (21,9%), la disminución de la inflación (16,3%), la disminución en los precios de las materias primas (15%) y las menores tasas de interés (14,4%).
Al hacer desde el gremio un estudio sobre la evolución de los indicadores del sector en el primer semestre, la Encuesta muestra que frente el mismo período de 2022, la producción se redujo en -2,7%. Por su parte, las ventas se situaron en -3,4% y las ventas hacia el mercado interno cayeron -4,5%. En cambio, en el año inmediatamente anterior, las tasas crecían en 18,3%, 11,2% y 12,3%, en las respectivas variables.
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Para el mes de junio de 2023, los principales obstáculos que enfrentaron los empresarios en el desarrollo normal de su actividad estaban, en su orden: falta de demanda, volatilidad de la tasa de cambio, costo y suministro de materias primas, infraestructura y costos logísticos, incertidumbre por las propuestas de reformas, costos financieros, inflación, estrategias agresivas de precios y comercialización, rentabilidad y mayor inseguridad.
“Este último problema está impactando directamente el normal desempeño de la actividad productiva”, concluyó la Andi.
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