Redacción
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¿Cuál es tu principal objetivo en la vida? ¿Alguna vez te has sentado a pensar cuál es tu propósito? ¿Cual es esa meta que te inspira a levantarte cada día? Creo que pocas personas se detienen a pensar en esto de manera consciente.
Si hacemos un paralelo, entre nuestra vida personal y los negocios exitosos, podremos identificar ciertos patrones que tienen en común las grandes empresas con aquellas personas que se han destacado por encima del promedio.
Por ejemplo, las grandes empresas, – esas que han triunfado y son referentes mundiales-, tienen muy claro cuál es su público objetivo, cuál es el valor que agregan y cómo se diferencian de su competencia.
En otras palabras, las grandes empresas tienen clara su estrategia y tienen un modelo de negocio que les permite alcanzar sus objetivos.
Esto mismo sucede en nuestra vida: las personas que tienen un plan para sus sueños son quienes los logran. Aquellos que convierten sus sueños en objetivos medibles, alcanzables y en un plazo de tiempo, son quienes terminan alcanzándolos.
¿A que se debe esto? Cuando tienes claro hacia dónde quieres ir, sabes qué camino tomar. Cuando tienes claro cuál es tu meta, estás en la capacidad de elegir actividades que contribuyen a hacerla realidad, sabes a qué renunciar y de qué personas rodearte.
Es por que tu vida, al igual que cualquier empresa exitosa, debería tener un modelo de negocio.
Por qué no se hacen realidad tus sueños
Todos tenemos sueños, porque la realidad es que soñar es muy fácil.
Sin embargo, cuando preguntamos a las personas qué porcentaje de sus sueños se hicieron realidad, nos enfrentamos con estadísticas difíciles de negar: Son pocos los sueños que han logrado llegar a su meta, a cumplirse.
Y más, en una sociedad donde la palabra éxito está de moda; donde todos aspiramos a lograr grandes resultados, montar negocios rentables y llevar un estilo de vida envidiable.
La cuestión es que el éxito, los hábitos, las claves, las fórmulas, los pasos y las recetas para ser exitosos abundan en nuestro medio. Y si nos tomamos el trabajo de analizar en qué consisten, veremos que todos tienen un común denominador. Es decir, la información para lograrlo está disponible.
Entonces, ¿por qué nuestros sueños no se hacen realidad sin contamos con la información para lograrlo?
Muy simple: la razón por la cual no alcanzamos las metas no se debe al desconocimiento, sino a la inacción. ¿Como así? Muy sencillo, ya sabemos lo que tenemos que hacer, la información y su aplicación la tenemos en nuestras manos, pero nuestros hábitos y comportamientos dicen otra cosa.
Es nuestra falta de decisión lo que nos impide ser exitosos, no porque no sepamos qué hacer.
Cómo revivir tus sueños: Empieza por una cosa
Ahora que tenemos claro por qué no hacemos realidad nuestros sueños, es momento de analizar lo que podemos hacer hoy para revertir esta situación.
A lo largo del tiempo nos han vendido la idea de que debemos tener sueños lo suficientemente grandes. Tanto así, que escuchamos frases como “si nuestros sueños no nos dan miedo, es que estos no son lo suficientemente grandes”
Debo dejar claro que el objetivo de este artículo no es debatir esta ideología, es más, creo que hay que tener una mentalidad de grandeza y abundancia para lograr grandes cosas en la vida.
No obstante, lo que busco es sugerir un método más práctico de tener un plan estratégico para tus sueños, un plan que sea tan ridículamente fácil, que resulte imposible no llevarlo a cabo.
¿En qué consiste? En hacer una sola cosa. En aplicar una de las estrategias empresariales más exitosas, y llevarla a nuestra vida personal. Se trata del método Kaizen llevado a nuestra vida diaria, y seguramente habrás escuchado de sus resultados en empresas como Toyota luego de implementarlo.
Básicamente, esta metodología te invita a que los cambios, metas y objetivos que tengas, sean trazados desde lo más simple y sencillo posible.
Da un solo paso en la dirección de tus objetivos. Una vez das este primer paso, comienza a mejorar tan solo un 1% cada día. Y lo mejor es que las matemáticas no mienten, si te comprometes con esta filosofía, dentro de un año habrás mejorado un 3.600% (la magia del interés compuesto).
Para explicar en qué consiste, veamos algunos ejemplos de sueños y propósitos más comunes de las personas.
- ¿Sueñas con una vida saludable? No pagues una anualidad del gimnasio, enfócate en hacer una sola flexión o abdominal hoy.
- ¿Quieres mejorar tus finanzas personales? No dejes de salir todos los fines de semana, más bien aprende cómo ahorrar dinero desde lo más sencillo posible.
- ¿Quieres desarrollar el hábito de la lectura en tu vida? No te comprometas a leer un libro en una semana, comienza leyendo una sola página al día.
- ¿Quieres correr una maratón este año? No salgas a correr 10 kilómetros el primer día, sal a correr solo 10 minutos.
La idea de este plan es que te pongas en una posición ganadora frente a tus metas y propósitos. Cuando tienes un plan que requiere demasiados cambios, grandes y complejos, al mismo tiempo, lo más probable es que termines desertando y sintiéndote mal por no lograr tus objetivos.
Si miras hacia el pasado, con seguridad que tendrás metas demasiado grandes sin cumplir debido a que requerían que cambiaras tus hábitos drásticamente.
Una sola cosa importante, no urgente
Cuando adoptas esta filosofía de vida tendrás que enfrentar una serie de dificultades que debes saber resolver si quieres progresar en tu vida. No es un secreto que todos, en algún momento, tenemos tantas cosas por resolver, que no tenemos tiempo para desarrollar lo importante.
Y la cuestión es que todos los días surge algo urgente por atender, algo que consume nuestra atención. O, dicho de otra manera, disfrutamos esa sanción de apagar incendios a medida que van prendiéndose.
El problema con esto, tal y como hablamos al principio, es que nos impide tener una visión estrategia de nuestra vida, la cual implica aprender a decir no a lo urgente, así lo disfrutes, y comiences a jugar a largo plazo. Tal y como lo hacen las grandes empresas y personajes de la historia.
La metodología Kaizen requiere que te enfoques en mejorar una sola cosa, así que lo ideal es que escojas aquella actividad o meta que contribuya en mayor medida a tus objetivos.
Cuando desarrollas un modelo de negocio para tu vida entiendes que el recurso más importante con el que cuentas es tu tiempo. Y un director, gerente o administrador sabio debe ser responsable y audaz al momento de invertir su activo más valioso.
Pregúntate, ¿tú cómo inviertes tu tiempo? ¿Qué manejo le das a estos 86.400 segundos que te depositó hoy la vida en esa cuenta bancaria llamada día?
Cuando eres consciente de esto comienzas a administrar tu vida de una manera diferente; comienzas a delegar, aprendes a decir no, y te enfocas en aquellas cosas que te brindan una mayor rentabilidad en tu vida.
Y con esto no me refiero únicamente a los ingresos, está rentabilidad también viene expresada en tiempo de calidad con la familia, diversión, ocio, deportes, hobbies y todo aquello que te hace un mejor ser humano.
Así que la invitación es bastante simple. Pregúntate cuál es la actividad más importante, y más sencilla, que puedes realizar hoy, está semana y este mes, que te garantizará cumplir con tu plan estratégico de tus sueños y propósitos.
Cuando tengas claro qué es, agéndalo en tu calendario y dedica un tiempo importante de todos tus días para llevarlo a cabo. Cuando hagas esto, verás que tus sueños dejaron de ser sueños para convertirse en objetivos irremediablemente convertidos en una realidad. Tu realidad.
