En mi condición de periodista deportivo, anhelo conseguir siempre las mejores historias de la ciudad, para visibilizar el talento que existe en cada joven de Buenaventura y el denodado trabajo de sus orientadores.
Sin embargo, al llegar a un escenario deportivo casi siempre me encuentro con entrenadores abatidos y preocupados al no tener contratación definida, a pesar de laborar cada día con esmero y profesionalismo; las penosas condiciones de trabajo reflejan un frío ambiente de desesperanza, con miras a los próximos juegos departamentales a efectuarse en el año 2019 donde seremos anfitriones; la falta de escenarios ideales, el escaso fogueo de los deportistas, el precario estado de los materiales que se tienen para trabajar y para preparar a los jóvenes, pintan un desenlace poco prometedor en las justas venideras.
Este desolador panorama de intranquilidad, ha provocado una gran baja anímica en algunos deportistas decididos a no volver más a los escenarios de entreno, porque no encuentran motivación para seguir fortaleciéndose en las diferentes disciplinas y representar a su región con orgullo y con la esperanza de ser grandes en el deporte.
Me surgen una serie de inquietudes:
¿Qué esperamos de nuestros jóvenes alejados del deporte?
¿Es nuestro deseo verlos escoger otros caminos donde tendremos que llorar su destino inmediato?
¿Será justo desperdiciar tanto talento innato en nuestros jóvenes?
¿Es la manera correcta de trazar el futuro de la ciudad?
Pienso que tenemos la gran responsabilidad de participar de manera activa en la reconstrucción de una mejor Buenaventura, para que sea un ciudad que brinde las condiciones ideales a nuestros jóvenes, para que entregados al deporte tracen un exitoso futuro en sus vidas.
Periodista Deportivo
Jhon Jairo Valencia Vallecilla.