Este domingo terminan las sesiones ordinarias del Congreso y se cierra una legislatura en la que, en los últimos días, se aprobaron proyectos de ley que tienen algún impacto en el sector empresarial y económico como, por ejemplo, la iniciativa de ‘comida chatarra’, la licencia de paternidad, el trabajo remoto y la reducción de la jornada laboral, que es la que más ha generado preocupación.
La más reciente que se aprobó fue la de trabajo remoto, que fue avalada en último debate en el Senado y pasó a sanción presidencial ayer. Con la iniciativa legislativa se podrán modernizar las relaciones laborales en Colombia beneficiando a estudiantes, madres cabezas de familia, cuidadores y trabajadores en general.
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Otro de los proyectos aprobados es el de la ampliación de licencia de paternidad, que le permitiría a los padres tener más tiempo para estar con su bebé recién nacido. Con esa iniciativa legislativa pasarán de tener 8 días de permiso a 2 semanas, que irán subiendo de forma progresiva hasta las 5 semanas.
El otro proyecto que quedó pendiente y que se prevé que pase para sesiones extra es la que regula la sobretasa a la gasolina, norma que tiene que ser ajustada por mandato de la Corte Constitucional y para la que a los congresistas se les acabó el tiempo para debatir y aprobar. Por otra parte, después de varios años de intentos fracasados, el Congreso aprobó la ley de la ‘comida chatarra’, que pide cambiar el etiquetado para que los consumidores tengan más información de los productos que adquieren y las consecuencias que estos traerán para su salud.
(Vea: Jornada laboral en Colombia se reduciría de 48 a 42 horas a la semana).
Asimismo, esta semana también tuvo luz verde en el Congreso la reducción de la jornada laboral de 48 a 42 horas, que se hará de manera progresiva y se completará hasta 2026, lo que cambiaría las reglas del juego para la contratación y las normas laborales.
Eso sí, cabe apuntar que para que estas iniciativas se conviertan en ley deben ser conciliadas y pasar a sanción presidencial.
LAS CRÍTICAS
Ante los ajustes laborales que fueron aprobados en el Congreso, los gremios presentaron algunos reparos frente a lo que eso podría significar para la recuperación económica, en especial la reducción de la jornada laboral.
Precisamente, los gremios de la producción coincidieron en rechazar la iniciativa por considerarla en contravía con políticas que promueven la generación de empleo y reduzcan la informalidad.
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Los comerciantes, a instancias de Fenalco, estimaron el impacto. “A partir de la hora 42 sería extra y para sectores como comercio, turismo, servicios y economía naranja, que también funcionan en horas nocturnas y fines de semana, esto implicaría un incremento aproximado del 20% en los costos laborales. No es posible reemplazar con productividad esas horas en sectores que tienen necesariamente que trabajarlas”, explicó el presidente del gremio, Jaime Alberto Cabal.
Según el directivo, esta iniciativa preocupa al sector empresarial porque alienta la informalidad y genera cargas excesivas a las nóminas, lo que seguramente desincentivará la generación de empleo, en momentos en el que el mundo está en proceso de reactivación económica a largo plazo, expresó.
Por su parte, el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, también se mostró en contra de lo aprobado en el Congreso. “Es lamentable que el Congreso de la República no haya comprendido que este es el momento de crear empleo, construir oportunidades para los jóvenes y disminuir los índices de desocupación. Esta ha debido ser una ley de creación de trabajo y de superación de la informalidad; pero la desconexión con la realidad del país hizo que se convirtiera en una ley que hace lo contrario”, dijo.
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A su turno, Rosmery Quintero, presidenta de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, expresó que “está demostrado que proyectos parecidos en otros países no han generado el empleo que se pretendía. La estructura empresarial está desgastada: se han agotado todos los esfuerzos para preservar el empleo«.
En cuanto a la aprobación de la ley de ‘comida chatarra’, en la industria hay expectativa por el texto final que surja luego de la conciliación. Y aunque hay coincidencia y respeto por las decisiones de regulación, el reclamo es a que no se ‘satanice’ la producción de alimentos y a que no se use el término de ‘comida chatarra’ a una industria que equivale al 20% de toda la producción manufacturera del país.
Camilo Montes, director de la Cámara de Alimentos de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), explicó que una muestra de ello, y que es preocupante es que cuando se deban usar los sellos que advierten al consumidor sobre excesos en grasas, sodio y azúcares, no se pueda informar que el producto tiene otras propiedades nutricionales.
En todo caso, explicó que Colombia queda con la norma más moderna de América Latina en materia de información nutricional. “Eso es muy positivo para el consumidor y, para nosotros, desde la industria estamos acompañando esto desde el 2016”, comentó.
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Precisó que la otra tarea que queda, luego de su aprobación en el Congreso y posterior sanción presidencial, es que se armonice la Resolución 810, que regula la materia y que fue expedida esta semana por el Ministerio de Salud. Con eso, ya están definidos los sellos de etiquetado frontales.
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