París Saint-Germain y Lyon se hicieron eco del presidente francés Emmanuel Macron al condenar el domingo la violencia que estalló entre aficionados al fútbol rivales camino a la final de la Copa de Francia del sábado que dejó 38 personas heridas y un autobús quemado.
Los enfrentamientos estallaron el sábado en un peaje a 60 kilómetros (40 millas) de la ciudad norteña de Lille entre aficionados del Lyon y del PSG camino al partido principal, al que asistió Macron.
La final se desarrolló en medio de una mayor seguridad con el PSG ganando 2-1, pero se vio eclipsada por el enfrentamiento que involucró a unos 100 seguidores del Lyon y 200 fanáticos del PSG, según una fuente policial.
Un autobús fue incendiado y otros dos resultaron dañados, dijeron las autoridades locales del departamento Norte en un comunicado durante la noche, añadiendo que 30 seguidores y ocho agentes de policía resultaron heridos. Catorce personas requirieron «atención médica».
En un comunicado el domingo, el PSG dijo que «condena en los términos más enérgicos posibles los incidentes» ocurridos entre los dos grupos de aficionados.
«El club desea precisar que sus seguidores respetaron escrupulosamente las normas de viaje establecidas en el decreto prefectoral antes de ser atacados», añadió el club parisino.
«Este comportamiento no refleja en modo alguno los valores de respeto que defiende el club».
Lyon dijo en un comunicado que «condena esta violencia» y luego atribuyó «un claro error» en la planificación de la ruta.
«Por razones que aún no están claras, la escolta policial decidió pasar siete autobuses del Lyon en medio de los 18 del PSG en el peaje de Fresnes.
«Y eso fue después de que todas las partes involucradas habían estado trabajando durante los últimos dos meses para separar el flujo (de tráfico).
«Como resultado de un error de ruta tan obvio, estalló la violencia cuyo origen aún está por determinar».
El comunicado señala que varios aficionados del Lyon habían resultado heridos por seguidores armados del PSG.
«El club anima a las víctimas a emprender acciones legales a partir de hoy para que se pueda esclarecer estos hechos».
La policía no indicó qué grupo de aficionados lanzó el ataque.
Mientras se mezclaba con el público en la cercana Tourcoing antes del partido, Macron dijo el sábado que «condena toda violencia con la mayor firmeza».
La Federación Francesa de Fútbol calificó la violencia de «inaceptable».
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