La política energética en Colombia ha sido uno de los temas clave para el Gobierno nacional y el sector privado, sobre todo teniendo en cuenta que desde la administración del presidente Gustavo Petro se ha insistido en adelantar la transición energética del país.
Sin embargo, esto parte de varios preceptos, tales como la apertura a la inversión privada, la institucionalidad especializada y la regulación técnica e independiente, según explicó Tomás González, director del Centro Nacional de Estudios de Energía (Cree), durante el seminario ‘Dos años de política energética ¿Cómo vamos y qué falta?’, organizado por la organización que dirige junto al Centro de Estudios Económicos Anif.
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«Si uno piensa en los objetivos de la política energética, le queda más fácil saber si se están haciendo las cosas bien o mal. (…) Quizá el más central es el de garantizar la seguridad en el suministro, que es garantizar la disponibilidad continua suficiente en energía para atender la demanda«, mencionó.
Gas
También habló de otros objetivos de la política energética del país, tales como el impacto ambiental (minimizar el impacto de proyectos directos y de las emisiones), la eficiencia en el consumo (utilizar la «mejor» cantidad de energía posible para realizar tareas que debe hacer la economía), la competitividad (tener tarifas que permitan tener un desarrollo productivo en el sector), la fiscalidad (maximizar el impacto positivo de la energía sobre las finanzas públicas, tanto en recaudo, como en subsidios) y la pobreza energética (el rol de la energía para la reducción de la pobreza).
«Las discusiones que se ven en el sector energético tienen que ver con los pesos diferentes que le da la gente a estos objetivos. (…) Eso es lo que marca esas discusiones que, a veces, son tan difíciles, más aún cuando hay tensiones en los objetivos. Sí, por ejemplo, se quiere cumplir la meta de emisiones, se sale muy rápido de la producción de fósiles, puede tener problemas fiscales que pongan en tensión este objetivo y que, además, sea más difícil resolver los temas de pobreza energética«, añadió.
¿Qué ha pasado con el gas?
Respecto a la situación de falta de reservas de gas natural que tendría el país para los próximos años, se tiene una fuerte expectativa frente a lo que pueda aportar la explotación de este recurso costa afuera (offshore) a partir del año 2027 y hasta el 2030, según datos entregados por Ecopetrol.
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Sin embargo, hablando de la insuficiencia de reservas para cubrir hasta un tercio de la demanda de este recurso en el país, Tomás González aseguró que el país paso de tener 14 años de reservas en el 2010, a tener solo 6,1 años, o sea, una caída del 55 %.
«El consumo se ha mantenido relativamente constante, mientras que las reservas han venido cayendo. No hemos sido capaces de controlar las reservas y de convertir reservas a la velocidad que requeriríamos y esa es la principal razón por la que estamos teniendo problemas«, aclaró.
Gas natural
Factores gubernamentales
González asegura que los inversionistas han tenido señales muy «ambivalentes» respecto al futuro de las reservas de gas, ye so se explica, según él, por diferentes señales que ha dado el Gobierno Nacional.
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«Uno ve las gráficas de las reservas y uno se acuerda del informe de reservas que sacó la ministra de Minas y Energía anterior (Irene Vélez) diciendo que teníamos gas hasta el 2040. Uno también se acuerda la ministra diciendo que no va más la exploración y se acuerda uno de José Antonio Ocampo diciendo que es el Ministerio de Hacienda el que debe pagar las cuentas y de allí viene mucha plata«, dijo.
Y agregó: «Si bien está Gobierno no ocasionó este problema, porque es un problema de atrás, si ha habido una actitud de ambivalencia que no ha ayudado a que haya un nivel de actividad que debería haber«.
Gas natural
En cuanto a la infraestructura importaciones, el experto hace especial énfasis en la problemática licitación de la regasificadora del Pacífico para la importación de este recurso al país y que se ha declarado desierta en dos ocasiones.
«¿Por qué se ha declarado desierta? Porque los inversionistas dicen que los riesgos constructivos son de tal nivel, que si la distribución es esa, no hay como financiarlo y nadie quiere asumir esos riesgos«, dijo.
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