La popular cadena de hamburguesas estadounidense Carl’s Jr ha puesto sus tiendas australianas bajo administración voluntaria, lo que afecta a 24 tiendas.
Muchas tiendas en todo el país estuvieron cerradas el lunes cuando KPMG anunció a David Hardy, George Georges y Emily Seeckts como administradores.
Se espera que cientos de puestos de trabajo se vean afectados en toda la franquicia australiana, que se encuentra principalmente en áreas regionales de Nueva Gales del Sur, Queensland y Victoria.
El Grupo CJ’s posee y opera de forma independiente 24 restaurantes, mientras que es licenciatario principal de los 25 locales restantes, que son propiedad y están operados por sublicenciatarios de terceros.
En una declaración, el socio de servicios de reestructuración de KPMG Australia, David Hardy, dijo que el enfoque inicial será “estabilizar” las operaciones del grupo.
“Estaremos realizando un proceso de venta inmediata de la red de tiendas y operaciones existentes”, dijo.
“Trabajaremos con todas las partes interesadas, incluidos empleados, proveedores y propietarios, para maximizar el resultado para todas las partes”.
Se espera contactar a las partes interesadas dentro de unos días, mientras que se ha programado una reunión de acreedores para el 7 de agosto.
Se espera que solo cuatro tiendas permanezcan abiertas bajo el Grupo CJ, mientras que 20 cerrarán inmediatamente.
El nombramiento de administradores excluye a los 25 restaurantes que son propiedad y están operados independientemente por terceros sublicenciatarios.
Estos restaurantes pasarán a tener una relación de licencia directa con CKE Restaurants Holdings, Inc. (CKE) y enfrentarán cambios mínimos.
La administración de las tiendas australianas no afectará a las ubicaciones en el extranjero.
El grupo global opera en más de 30 países.
Carl’s Jr tenía planes audaces para ingresar al mercado australiano y reveló que había planeado abrir 300 restaurantes en Australia a partir de 2016.
La primera tienda abrió en la costa central de Nueva Gales del Sur en Bateau Bay.
Pero después de posicionarse como un restaurante de comida rápida de hamburguesas de alta gama con precios más caros que los de sus competidores, no pudo predecir la caída del gasto en comida para llevar en medio de la creciente crisis del costo de vida.