A pesar de los desafíos únicos de su trabajo, Emelda le dijo a CNA Women que no cree que hubiera podido permanecer en el trabajo por tanto tiempo sin el apoyo de la administración de la escuela y sus compañeros maestros.
UNA EXPERIENCIA DE HUMILDAD: “LA VIDA NO ES TAN SIMPLE COMO ES”
Trabajar en Prison School no solo ha dado forma a su perspectiva de la vida, sino que la ha llenado de más gratitud por las cosas que la gente a menudo da por sentado, como un trabajo, un ingreso estable y el apoyo familiar.
“Realmente me llena de humildad como maestro; como dije, las circunstancias de nuestros reclusos son diferentes… Algunos de ellos provienen de entornos muy desafiantes y han pasado por mucho.
“Me hace madurar y me hace comprender que la vida no es tan simple y directa como es, y que no hay lugar para los juicios.
“Cuando estoy en clase, no me molesto en averiguar en qué están metidos los reclusos”, agregó Emelda. “Han sido acusados y están en prisión para cumplir condena. Así que mi trabajo no es saber qué sucedió, sino asegurarme de que el tiempo que dedican se haga de manera significativa”.