Redacción
La Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de los Estados Americanos (MAPP/OEA) manifestó su preocupación por el aumento de las violencias basadas en género en contra de jóvenes, mujeres, lideresas y defensoras de derechos humanos en el marco de la crisis sanitaria, social y económica que ha generado el Covid-19 en el país.
Dentro del monitoreo permanente, la MAPP/OEA ha constatado el aumento de las brechas y riesgos para el ejercicio de liderazgo de las mujeres, así como de la persistencia de afectaciones basadas en género en las zonas afectadas por el conflicto armado; especialmente, hay preocupación en los territorios de Antioquia, Arauca, Cauca, Córdoba, Nariño, Norte de Santander, Sur de Bolívar y Valle del Cauca.
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Aunque la Misión reconoce los esfuerzos institucionales que buscan reforzar las medidas de atención a la violencia contra las mujeres durante la pandemia, hizo un llamado a “fortalecer el enfoque de género en los análisis, decisiones y acciones que den respuesta a la pandemia, con el fin de abordar las afectaciones generadas a los derechos de las mujeres al trabajo, la seguridad alimentaria, la participación política y a una vida libre de violencias”.
Nos sumamos al llamado por la protección de la vida de las mujeres, especialmente de quienes están en las comunidades más afectadas…
En este sentido el jefe de la MAPP/OEA, Roberto Menéndez, señaló que: “Nos sumamos al llamado por la protección de la vida de las mujeres, especialmente de quienes están en las comunidades más afectadas por el conflicto armado interno, la criminalidad y la inequidad, y reiteramos que una paz completa incluye el refuerzo de medidas institucionales que atiendan al impacto de la violencia de género, la llegada de mujeres a los espacios de decisión y el fin de los feminicidios”.
En el informe Covid-19 en la vida de las mujeres, la MAPP/OEA resalta la importancia del enfoque de género en las políticas de mitigación ante la crisis; resalta que “no considerar un enfoque de género profundizará las desigualdades, con efectos que se prolongarán en el largo plazo y serán difíciles de revertir”.
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Al respecto, se enfatiza en que: “El reto de los Gobiernos y de los organismos internacionales para encaminar políticas que busquen la igualdad en la mitigación y recuperación de esta crisis podrá abrir una oportunidad para que estas sean apropiadas y efectivas, en la medida en que respondan a las necesidades del conjunto de la población, incluyendo a las mujeres”.
Por ello, la Misión recomienda que las políticas públicas contemplen tres enfoques transversales en su implementación:
– Enfoque de derechos humanos: decisiones y acciones que el Estado diseña, implementa, monitorea y evalúa para garantizar los derechos humanos de todas las personas, grupos y colectividades que conforman la sociedad, bajo la igualdad y no discriminación.
– Perspectiva de género: en este se deben incluir el impacto diferencial de las medidas que se adoptan para hombres y para mujeres; la opinión, experiencia y preocupaciones de mujeres y hombres en la política; y el beneficio que la medida adoptada trae en términos de disminuir la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres.
– Enfoque interseccional: adoptar medidas diferenciadas considerando las particularidades e identidades diversas de las mujeres; en especial, las que están en situación de riesgo.
Así mismo, el informe puntualiza en la importancia de la participación igualitaria de las mujeres. Se mencionan la participación igualitaria de las mujeres en la toma de decisiones para ofrecer respuestas a la crisis; la incorporación de los Ministerios de la Mujer o mecanismos nacionales de las mujeres en los gabinetes de crisis de los gobiernos; y la participación de mujeres expertas y de organizaciones enfocadas en las atenciones hacia las mujeres.
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Estas recomendaciones son importantes para atender las violencias contra las mujeres y niñas, que han incrementado durante la pandemia. Especialmente, se mencionan:
– El confinamiento ha obligado a las mujeres a estar encerradas con sus maltratadores.
– El encierro de las niñas genera un aumento en la violencia sexual y hay mayores complicaciones para la escolarización.
– El Incremento de la violencia contra las mujeres y niñas en internet (ciberviolencia).
– Los ataques violentos y el acoso contra el personal sanitario, un colectivo integrado mayoritariamente por mujeres.
– El difícil acceso a mecanismos de denuncia porque los servicios de atención y protección a la violencia contra las mujeres no están diseñados para responder ante la situación derivada de la emergencia Covid-19.
– Las infraestructuras de albergues o lugares de refugio para mujeres víctimas de violencia y sus familiares tienen limitaciones de capacidad, sanitarias y presupuestarias.
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Finalmente, la Misión ratificó su compromiso con la protección de los derechos de las mujeres y su acompañamiento a mujeres, lideresas, organizaciones e instituciones colombianas en el fortalecimiento de la agenda de género y paz.
