Recuerdo del título de Martín Ramírez en el Dauphiné a Bernard Hinault – Ciclismo – Deportes

Ganar el Dauphiné Libéré, como se llamaba en ese tiempo esa carrera, a gente tan importante del ciclismo mundial como Bernard Hinault, Greg Lemond, Pascal Simon y Stephen Roche, pues fue algo especial, muy especial, que cuando lo recuerdo, pues me trasporto.

Me parece increíble que hoy, 36 años después, la gente quiera leer lo que pasó por esos días en los que un puñado de humildes ciclistas viajamos para correr una competencia importante y que luego de varios días de sufrimiento hayamos conseguido la victoria frente a verdaderos monstruos del ciclismo de la época.

No sé si muchos sepan que nosotros fuimos de ‘arepa’ a esa prueba. En principio la invitación a la carrera era para el equipo de Luis Herrera, que b Nosotros corrimos esas dos pruebas, pero nos ganaron. Yo hacía parte del equipo Leche La Gran Vía. Fui líder del Clásico por cuatro días y en la Vuelta me fue bien.

La Federación nos dio a nosotros la invitación y no la desaprovechamos. Francisco Rodríguez y Fabio Parra eran nuestros líderes, pero Fabio al final no fue a Francia porque forzó mucho en la Vuelta.

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El grupo lo complementaron ‘Pacho’, Reynel Montoya, Alirio Chizabas, Armando Aristizábal, Pablo Wilches, orientados por Marcos Ravelo.

Pablo y yo llegamos primero a Francia. Me acuerdo que alcanzamos a correr un Criterium, me di cuenta de que andaba bien. Luego llegamos los otros compañeros y comenzó la carrera. ‘Pacho’ era el que mejor andaba y era el líder del equipo, eso lo supimos desde el principio.Nos tocó ponernos unos uniformes distintos. Nos prestaron unos de Mavic. Eran de color amarillo y negro.



Martín Ramírez, exciclista colombiano.

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Las bicicletas eran las que utilizaban los ciclistas del Café de Colombia que estaba en Europa. Eran Vitus y los repuestos Mavic. El viaje fue improvisado. Tuvimos un solo uniforme, todos los días nos tocaba lavarlo. No tenía ropa adecuada para el invierno, nos tocó llegar a Europa y comprar guantes y chaquetas.

Los primeros días en la carrera no fueron de estudio. Chizabas, que era uno de los ciclistas prestados, pues o hacía parte de nuestro equipo, se retiró. No aguantó el frío, la salud no lo acompañó y eso nos complicó, porque los demás equipos eran de nueve corredores y nosotros fuimos seis, menos Alirio, pues quedábamos cinco.

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Tuve un momento difícil en una de las primeras etapas porque pinché en los kilómetros finales. Conté con la suerte de que Aristizábal me dio la bicicleta y llegué con el lote. Armando perdió ese día más de dos minutos, si hubiese sido yo no estaría contando esta historia.

El jueves 31 de mayo se disputó la etapa entre Macon y Saint Julien en Genovois, de 221 kilómetros. ‘Pacho’ tuvo un excelente día, se metió en la fuga, ganó la etapa y quedó de segundo en la general, Gallopin era el líder.

Francisco tenía un aliciente, estaban su esposa y su hijoen la carrera, algo que lo llenó de confianza. Llegó el día de la etapa reina y era una buena opción para casi que sentenciar la general. Lo primero era apoderarnos del liderato. La jornada fue de 154 km y se disputó entre Chambery y Fontanil. ‘Pachó’ volvió a ganar y dejó a Hinault en el segundo puesto a 3 minutos 52 segundos, yo quedé a 4 minutos 12 segundos, casi que la carrera estaba lista para Colombia, bueno, al menos eso creíamos nosotros, porque no nos íbamos a dejar que nos quitaran ese liderato así de fácil.



Portada de Mundo Ciclístico con el memorable momento.

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Temíamos muchos ataques y se presentaron, pero también tuvimos mucha ayuda. José Patrocinio Jiménez y Edgar ‘Condorito’ Corredor corrían en el equipo Teka y ellos nos colaboraron mucho. Éramos solo cinco colombianos contra el resto y nos teníamos que defender.

El domingo 30 de julio fue clave. Ese día Hinault casi que de salida atacó. Nos quedamos con ‘Pacho’, que no se sentía bien. Cuando nos dimos cuenta de que el francés tomaba vuelo se decidió ir por él y dejamos a Francisco. El tema era que no nos hiciera mayor diferencia.

En una de esas pasó el carro y Ravelo nos dijo que ‘Pacho’ se había retirado debido a unos problemas en la rodilla.

Nosotros nos quitamos del frente. Pasaron otros a trabajar. Llovía fuertemente, hizo mucho frío, hubo nieve al final. Marcos nos dijo que la idea era estar pegados a ellos y aprovechar un descuido.

Hinault lanzó un ataque feroz, llegó a tener ocho minutos de ventaja, pero la jornada era peligrosa, traicionera. Más adelante, el francés pagó el esfuerzo, le descontamos y lo alcanzamos. Ataqué y no me pudo seguir el paso. Ravelo me dijo que la idea era que le sacara tiempo a Lemond, pensando en la última contrarreloj del final. Yo era segundo en la general e Hinault el líder parcial, y el objetivo era cuidar ese segundo puesto. No esperábamos nada más.



Martín Ramírez (izq.) e Hinault en su gran lucha.

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Al subir el último premio de montaña había nieve, pero arranqué, con la meta de cogerle tiempo a Lemond, pero me sorprendió cuando a Hinault le dio la pálida, se atravesó.

Me lo topé, lo vi mal y no dudé un instante en atacarlo, en seguir derecho. Lo saqué de rueda, pedaleé con el alma y en la meta le saqué tiempo. Me puse de líder, le saqué 20 segundos en la general y faltaban solo dos etapas.

La primera era una en línea, de 100 km, plana, y la otra, una crono escalada, que también tenía bajada y llano. No teníamos equipo para defendernos. El único que me ayudó fue Pablo Wilches. El resto no estaba. Me atacaron, los controlamos. No hubo alianzas, Wilches me ayudó mucho. Tenía que estar a rueda de Hinault, ellos estaban con todo el equipo. Terminamos la etapa con cierta tranquilidad. No nos aumentaron. La idea de impedir que Hinault bonificara dio resultado y todo quedó para la contrarreloj.

Como siempre, pues los europeos son mejores al reloj que nosotros los colombianos, nos llevan ventaja y en este tiempo, pues mucho más, pero había que pedalear.

La diferencia era mínima. Tratamos de reconocer el recorrido, pero fue corto. No había de otra, había que pedalear con lo que nos quedaba, casi que a ciegas.

Había gente que no creía en nosotros. Era una crono, era el terreno de él, y semejante figura, pues… No tenía nada que perder y lo di todo. Sabía que esas oportunidades no se presentaban todos los días.

Como no había la tecnología de hoy, pues nos la ingeniamos. No teníamos referencias, por eso montamos varios puntos de cronometraje. Los ciclistas que se retiraron se hicieron cada cinco kilómetros y nos iban cantando la diferencia con Hinault. En la subida le cogí 30 segundos, en la bajada y en los repechos me descontó, pero la final le gané la jornada por siete segundos, más lo que tenía, pues le aumenté y lo dejé a 27 segundos. ¡Éramos campeones!



La clasificación final de esa prueba.

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Me acuerdo que hacía mucho frío. Subí a la premiación y no hubo mayor celebración después de la premiación. La premiación fue normal, solo estuvieron los medios. Al otro día, tuve entrevistas, fuero varias, fui hasta la sede de L’Equipe.

Hablé con Hinault. Durante la carrera no nos trataron bien. Nos decían que éramos gallinas, el lote nos decían cosas de la coca, eso era lo que yo entendía, pero nosotros nos hacíamos los locos, no nos desconcentramos.

El premio fue un dinero, que lo repartimos entre los del equipo. Tengo en mi casa el trofeo que gané y una placa. Los guardo como un tesoro.
Cuando llegamos a Colombia me impresionó el recibimiento. Nos montaron en un carro y paseamos por la 26. El Presidente era Belisario Betancur.

Me prometieron muchas cosas y yo quería una casa. María Eugenia Rojas era la titular del Instituto de Crédito Territorial, me iban a dar un apartamento, al menos eso creí yo, pero no fue así. Me informaron que me lo adjudicaban, que había que pagarlo. Tenía 23 años y eso hice, comenzar a pagar las cuotas, de todos modos era una buena opción, no tenía una vivienda segura, mía. Yo escogí el pago por medio del Upac, entonces pagaba una cuota fija, eran como $90.000, que en ese entonces era plata.

Cuando gané el Tour de L’Avenir, en 1985, al año siguiente, volví a hablar ese tema dela casa y me dijeron que no podía dejar de pagar y tampoco había la opción de que no siguiera pagándola. Me propusieron que grabar un comercial de televisión, que me pagaban y que ese dinero lo destinara para pagar la deuda completa y acepté.

Luego de haber obtenido el Dauphiné me fue bien. Pude enrolarme en una escuadra de Europa. Como nosotros no teníamos contratos fijos con los equipos, nos pagaban por carrera, pues eso me dio la oportunidad de ir a Europa, firmé por el System U, corrí el Tour de Francia de 1984, pero la etapa que ganó Lucho en Alpe de H’Uez la vi como aficionado, en la carretera, porque me retiré un día antes.

En fin, recordar hoy lo que pasó en ese tiempo me alegra. Fui el primer colombiano en ganar el Dauphiné, no éramos profesionales, éranos aficionados y les dimos sopa y seco a los europeos.

La verdad es que se siente uno bien. En estos tiempos de confinamiento sentarme y recordar lo que pasó me llena de satisfacción y de alegría. Solo espero que ustedes hayan disfrutado de este recuerdo como yo.

Martín Ramírez
Para EL TIEMPO

Edición.
Lisandro Rengifo
Redactor de EL TIEMPO
@lisandroabel

Fuente de la Noticia

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