Las remesas que los trabajadores colombianos en el exterior envían a sus familiares en el país alcanzaron los US$10.091 millones y marcaron un récord absoluta y de paso entraron a competir con la inversión extranjera directa.
Esa dinámica en el envío de los recursos de los trabajadores nacionales, especialmente desde Estados Unidos, España, Chile, México o el Reino Unido, por solo mencionar esos países, implicó la llegada en promedio de US$27,6 millones diarios.
En diciembre, mes en el que por efectos estacionales se supone que se presenta una buena cantidad de entrada de recursos, llegaron US$914 millones, lo que también se constituyó en un récord absoluto desde cuando el Banco de la República lleva estadísticas de esa cuenta.
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Según las cifras de la Balanza Cambiaria del banco central colombiano, para el 2023 el incremento de las remesas representó el 7% frente a 2022, cuando llegaron US$9.428 millones.
Además, para representar la creciente importancia que han ido adquiriendo esos recursos se puede mencionar que doblan el monto de recursos que habían llegado apenas ocho años atrás (2015) cuando la cifra fue de US$ 4.957 millones.
Remesas
Diego Rodríguez, managing director y cofundador de Bosk Capital considera que en el 2020 las remesas cerraron por debajo de los US$7.000 millones y “con los más de US$10.000 millones de 2023, están llevando a Colombia a estar dentro de los principales países de Latinoamérica en recursos recibidos por este concepto desde el exterior”.
Otra explicación de esa buena dinámica también se encuentra en el bajo desempleo en las economías desarrolladas, especialmente Estados Unidos y Europa, así como la necesidad de mano de obra para servicios y empleos calificados está apoyando este boom.
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Para Rodríguez, la diferencia de ingreso y la apertura de canales legales para trabajar en el extranjero, bien en temporadas cortas o por tiempo indefinido ha apoyado también este buen momento de las remesas.
Analistas consultados por Portafolio consideran que es muy posible que el ritmo de crecimiento disminuya, pero la tendencia seguirá al alza, mientras se mantengan los fundamentales de escasez y diferencia de precio tan amplía por el capital trabajo entre Colombia y las economías desarrolladas.
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Además, como lo considera el directivo de Bosk Capital, el bajo crecimiento local y el sentimiento de deterioro y falta de oportunidades locales también influye a que el fenómeno continúe.
Asimismo, en la composición del uso de las remesas, estas históricamente se han constituido en un importante recurso para impulsar el desarrollo de ciertas zonas del Eje Cafetero y el Valle del Cauca, departamento que es el que más se beneficia, sin embargo, en los últimos tiempos estos recursos son principalmente para consumo y muy poco sensibles a los movimientos en la tasa de interés.
Sin embargo, como dice Rodríguez, su valor hace verlos como una oportunidad para ayudar a resolver varios inconvenientes locales, como por ejemplo la caída en la venta de viviendas.
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Diego Gómez Gutiérrez, analista de Contexto Externo y Mercado Cambiario de Corficolombiana, dice que el 2023 en materia de remesas remató con un buen dato en diciembre, que por términos estacionales es cuando mayor flujo por ese rubro se recibe y por el buen momento de las economías de los países de donde vienen los recursos, especialmente Estados Unidos, donde se ve que todos los sectores tuvieron un buen comportamiento y sorprendieron al alza del PIB y hace que se mejoren los envíos de recursos al país.
El analista estima que las expectativas se normalicen en 2024 pues los flujos migratorios de colombianos también lo hicieron luego de la fuerte salida de colombianos una vez se comenzó a fortalecer la economía tras la pandemia, además hay un efecto neutral de los países de origen y en el caso de EE. UU. tendrá un aterrizaje suave, así como los mismos países de la zona euro y en 2024 se van a normalizar estos flujos.
Remesas.
De todas maneras, pese a las buenas cifras, con récord incluido, la llegada de los recursos de los trabajadores colombianos se han venido moderando frente a años anteriores.
Hay un factor común de la fortaleza de las economías como la estadounidense y la eurozona, que ha permite un envío alto de remesas, dijo Camilo Pérez, director de investigaciones económicas del Banco de Bogotá.
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“La política migratoria de EE. UU. ha sido menos restrictiva, lo que refleja más persona hacia allá y más recursos”, estimó.
Hacia adelante la perspectiva es algo menos positiva pues si bien cierto que habrá menor dinámica de los mercados laborales en los países avanzados, señaló.
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Para el analista, la mano de obra colombiana es como un producto de exportación y los recursos que se generan, después del petróleo, son los más altos, incluso por encima del carbón, el café o las flores lo que para la cuenta corriente es muy relevante.
Y en eso además hay que tener en cuenta que en 2023 hubo revaluación del peso.
Estimación del BID, alta
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los países de América Latina y el Caribe habrían recibido US$155.000 millones en remesas en 2023, lo que representaría un incremento del 9,5% frente a las de 2022 cuando sumaron US$142.400 millones.
“Las remesas son fundamentales para millones de familias y muchas economías de la región y reflejan los nuevos flujos migratorios regionales”, dijo el BID.
Para muchos países de la región, EE. UU. representa la fuente principal de las remesas y en el caso de Colombia representan el 53,4% y como proporción del PIB del país pesan el 3% y proyectaba que a Colombia llegarían US$10.202 millones en remesas en 2023.
HOLMAN RODRÍGUEZ MARTÍNEZ
Periodista de Portafolio