Renuncia Carolina Barco a la Embajada de Colombia en España – Europa – Internacional


Carolina Barco se va de la Embajada de Colombia en España. Ella misma le anunció al presidente Iván Duque su decisión, un año y nueve meses después de haber llegado a la cabeza de la comisión diplomática con sede en Madrid. Lo hace, según explicó, por motivos personales.

En efecto, Barco llegó a Madrid en febrero de 2019, luego de algunos meses en que su cargo estuvo vacante tras la salida del embajador pasado, Alberto Furmanski.

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No le tocó una época fácil. “Al mes y medio de haber llegado, el gobierno español entró en funciones y se mantuvo en esa condición durante todo el 2019”, explica la embajadora Barco. “En enero de 2020 se formó el gobierno y poco después llegó la pandemia, lo que nos impidió organizar visitas del presidente Duque aquí y de los reyes a Colombia, con los avances que generalmente ese intercambio personal produce”, agrega.

“Sin embargo, fue una experiencia muy rica porque lo da la misma relación que tenemos y hay muchísimos temas para trabajar”, señala. “Aun en esas circunstancias difíciles fue mucho lo que pudimos hacer gracias al interés común”.

Estuvo, por ejemplo, en contacto estrecho con el Ministerio de Asuntos Exteriores “en temas como la cuestión venezolana, en los humanitario y lo político”. Barco invitó a Cúcuta a Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para asuntos exteriores y política de seguridad, con el fin de que viera personalmente la situación de los movimientos en la frontera.

“La colaboración de Felipe Muñoz fue muy importante en el viaje de Borrell”, explica Barco, en referencia al gerente de la frontera. Tras su visita, en octubre de 2019, España anunció la donación de 50 millones de euros durante tres años para paliar el impacto del éxodo de venezolanos en nuestro país.

En materia de inversión, Barco asegura que “la de los españoles ha aumentado significativamente en Colombia; hasta el punto de que en mayo estaba por encima de la norteamericana”.

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El coronavirus castigó a muchos colombianos en España y ella le hizo frente. No solo gestionó cerca de 20 vuelos humanitarios con base en prioridades de urgencia de las personas, sino se preocupó por aliviar las necesidades de los residentes en el país. “Fue un trabajo en conjunto con todos los consulados, que se implicaron profundamente”, resalta Barco.

La Embajada recogió mercados, con ayuda de otros compatriotas como el chef Jon Giraldo, y empresas como Eroski y Postobón para repartir entre los que sufrían peores momentos. Por otro lado, consiguió habitaciones en uno de los hoteles de Enrique Sarasola, de familia colombiana, para alojar algunos turistas varados en Madrid.

Por culpa de la pandemia también vio cómo se aplazaban varios de los proyectos en los que más había trabajado su equipo, como la Feria del Libro de Madrid, cuyo país invitado iba a ser Colombia antes de que fuera cancelada. Si la fiesta del libro se celebra en mayo del próximo año, como se espera, ya está una buena parte del camino avanzado, pues la Embajada llevaba trabajando un año en todo lo que implicaba esta participación.

Antes de que el coronavirus invadiera España, Barco visitó numerosas comunidades autónomas (departamentos), donde hizo seguimiento a la situación de los colombianos, cuya población en todo el país ronda los 450 mil, y donde afianzó la relación comercial con las empresas españolas más importantes con intereses en Colombia. “A donde íbamos siempre nos hablaron muy bien de los colombianos; los quieren mucho, son personas muy apreciadas por su trabajo y por la manera cariñosa y amable de tratar a la gente”, destacada la embajadora.

También hubo avances en materia de educación. “España es el primer país al que quieren venir a estudiar los colombianos, sobre todo en maestrías y posgrados”, explica Barco. “Hicimos un trabajo de cerca con la Fundación Carolina, cuyo mayor grupo de becarios es el formado por los colombianos”.

En cuestión cultural, y a pesar de la pandemia, la embajadora destacada que “fue un placer haber participado activamente en ARCO, hacer una exposición de Nadín (Ospina) y otra de (Fernando) Botero, organizar eventos gastronómicos y musicales y el reciente conversatorio entre Héctor Abad y Fernando Trueba, donde se vio la armoniosa relación entre el escritor y su familia y los productores”.

“En general, la embajadora Barco reforzó las relaciones entre Colombia y España en asuntos políticos, comerciales, culturales y de cooperación”, señala Alba Lucía Reyes, agregada de prensa de la Embajada hasta el mes pasado. “Y, en la medida de lo posible, afianzó la continuidad de programas que ya existían, como la participación en Colombia en la feria de arte ARCO y la entrega anual de premios a diez colombianos que dejan en alto el nombre del país, una ceremonia que tuvo lugar en octubre, con las medidas de seguridad necesarias para la prevención del virus”, agrega.

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La embajadora Barco renuncia ahora por cuestiones personales. “No es fácil vivir apartada de sus seres queridos, cuando la movilización en el mundo está cortada por culpa de una pandemia imprevista”, explica Reyes. Aún se desconoce quién será el próximo embajador en España, un país clave para Colombia.

JUANITA SAMPER OSPINA
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
MADRID

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