Redacción
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Por Raúl Castañeda
El cannabis ha tenido muchos nombres a través de la historia y ha significado diferentes cosas para cada persona.
Es una planta que ha saciado las necesidades tanto materiales como espirituales de diferentes culturas, y se teoriza que fue una de las primeras plantas que domesticó el hombre con fines industriales desde hace más de nueve mil años.
Con orígenes en Asia, su cultivo se extendió por todo el mundo, adaptándose y evolucionando junto a nuestra especie, creando un mercado que gira en torno al aprovechamiento de las distintas partes de la planta y sus efectos sobre el cuerpo.
Nuestra relación con el cannabis se ve plasmada de diversas maneras y en distintas épocas, en las cuales se ha aprovechado para la creación de ropa y el uso de sus semillas para comida, hasta en efectos sobre el cuerpo que funcionan como medicina.
Hace aproximadamente 1,800 años, se utilizaba el cannabis como método de anestesia para antes de cualquier operación, en combinación con alcohol y otras hierbas.
Últimamente ha habido una tendencia en el uso de medicamentos a base de plantas, tanto en los países desarrollados, como en los países en desarrollo, los cuales también son conocidos como fitofármacos; que son farmacéuticos de origen vegetal. Estas sustancias utilizadas en la antigüedad están encontrando justificaciones científicas para sus beneficios, más allá de las referencias históricas.
Hoy en día sabemos que el cannabis puede recomendarse para distintos padecimientos como: hemorroides, glaucoma, inflamación y dolor, entre algunos más mencionados en el Papiro de Ebers y otros documentos egipcios cuyo origen se puede rastrear a más de 3500 años.
Otras culturas usaban regularmente cannabis como parte de sus rituales, tanto sociales como religiosos; por ejemplo: en India existe una bebida preparada a base de cannabis conocida como «bhang», la cual forma parte de una tradición milenaria llamada «Holi» o «La fiesta de los colores», en donde se celebra el inicio de la primavera.
Hace aproximadamente 1800 años, se utilizaba el cannabis como método de anestesia para antes de cualquier operación / Imagen: Depositphotos.com
Por otro lado, los griegos untaban cannabis sobre las heridas y aplicaban hojas secas en la nariz para tratar sangrados. El uso más frecuente descrito en sus documentos es la creación de extractos para calmar dolores locales e inflamaciones.
Desde Asia, el uso de cannabis se esparció por el viejo mundo hacia el oeste por la red de comercio, interceptando varias culturas en el proceso eventualmente encontrando su camino hacia el continente americano. El cultivo de esta planta llegó a ser tan importante que las colonias inglesas y romanas tenían como mandato dedicar parte de su tierra cultivable a la siembra de cáñamo.
Lo que empezó como un pedazo de cuerda en Mesopotamia hace más de nueve mil años, hoy en día abarca un mercado en donde sus aplicaciones se pueden encontrar en productos como textiles, combustibles, medicinas, materiales para la construcción, suplementos alimenticios y alimentos. La lista solo va incrementando con el tiempo, y cuanto más países se están orientando por una política más laxa en relación con el cannabis, otros con más experiencia figuran en el mundo científico con avances que prometen un mejor futuro para la salud y el cuidado ambiental.
Durante cada una de estas etapas, el cannabis se fue adaptando a los distintos lugares en donde fue cosechado siendo el clima y la selección humana los factores principales que contribuyeron y moldearon lo que hoy en día conocemos como cannabis. Unas plantas fueron cultivadas con el fin de ser aprovechadas para crear comida, papel, ropa, medicinas o cuerda, mientras que otras tenían un fin más espiritual o recreativo.
De esta manera, nos damos cuenta que mucho antes de la legalización incluso antes de la prohibición, el cannabis ya formaba parte de nuestro día a día. La historia de esta planta nos ha mostrado su versatilidad que hoy en día podemos dividir en tres grandes vertientes: el uso industrial, el uso adulto y el uso medicinal.
