El reciente retiro del embajador de Colombia en México, Álvaro Moisés Ninco Daza, ha generado una polémica, no solo por las circunstancias judiciales que rodearon su destitución, sino también por las declaraciones del presidente Gustavo Petro. El mandatario defendió su decisión de haber nombrado a Ninco Daza, afirmando que lo hizo como reconocimiento a la juventud y su lucha en Colombia. Sin embargo, criticó la sentencia del Consejo de Estado que determinó que su nombramiento no cumplía con los requisitos de experiencia.
Petro aseguró que el joven fue destituido por su edad y falta de experiencia diplomática, calificando esto como un obstáculo para la representación de la juventud en altos cargos. “Yo lo nombré embajador por lo joven, no solo por lo joven, era un reconocimiento a la lucha juvenil en Colombia. Y, por ser joven, lo destituyen”, dijo el presidente, desatando una serie de reacciones en la opinión pública.
El embajador retirado, Ninco Daza, respaldó las palabras de Petro y argumentó que su destitución refleja una resistencia a permitir que los jóvenes y representantes de movimientos sociales accedan a roles importantes en el gobierno. «Es producto de la incomodidad que produce en un Estado construido históricamente a partir de la adultocracia», comentó Ninco, quien también destacó su experiencia en la lucha social y juvenil como suficiente para asumir su cargo diplomático.
El Consejo de Estado, por su parte, justificó su decisión en un fallo del Tribunal de Cundinamarca que indicaba que la administración no había respetado los términos de publicación de las hojas de vida de los aspirantes a cargos diplomáticos y no tomó en cuenta las observaciones sobre la falta de experiencia de Ninco Daza, como lo exigía la normativa. Además, se señaló que Ninco no posee título universitario ni experiencia relevante en diplomacia, lo que aumentó las críticas hacia su designación.